Francisco Cáceres Barrios

Muchos abrazos y buenos deseos para el año 2017 que estamos empezando han sobrado de nuestro Presidente, de sus colaboradores y del Alcalde capitalino, pero ante la duda de su sinceridad pregunto: ¿van a seguir haciéndose los desentendidos y con ello continuarán incumpliendo sus deberes de proporcionar a la mayoría de la población un servicio de transporte colectivo eficaz, seguro y confortable?

De seguir como hasta el momento, sin contar con un plan bien estructurado y armonizado para lograrlo, confirmarán su poco interés por servir a la comunidad debidamente, pues si escucharan el clamor popular, podrían percatarse de lo inútiles que han sido sus discursos o mensajes populistas deseándole felices fiestas navideñas, paz, prosperidad y progreso, pero sin emprender la imperiosa tarea para que el país cuente a la mayor brevedad con un servicio público que lleve y traiga diariamente a la población que anda cumpliendo con sus deberes.

Esto mismo, llevamos muchísimos años de estarlo reclamando, por lo que resulta sumamente peligrosa la terquedad de los funcionarios al demostrar su desinterés o indiferencia para complacer a la población de una necesidad básica. Es que no pasa por desapercibido el hecho que hace rato dejó de costar cinco centavos el pasaje, por lo que nuestra gente ha llegado hasta sacrificar su alimentación y dejar de satisfacer otras necesidades familiares para cubrir los costos de varios pasajes que las distancias los obligan a pagar, como que a todo lo anterior hay que sumarle el constante peligro que sigue corriendo su vida y la de los suyos.

¿Será entonces que piensan seguir pagando el elevado subsidio que solo ha sido útil para llenar los bolsillos de los mal llamados empresarios transportistas a pesar que no solo los usuarios del transporte colectivo son los perjudicados? Sin distingos, todos los propietarios de vehículos particulares nos hemos visto forzados a usarlos para ir a trabajar, estudiar o cumplir los deberes que cada quien tiene al no contar con un buen servicio público. Esto se traduce en vías de comunicación cada vez más congestionadas, pues tampoco se cuenta con suficientes sitios adecuados para el estacionamiento de los mismos.

Al paso que vamos, la actual crisis generalizada del tránsito de vehículos va a seguir sin tener una adecuada solución, como que tampoco se podrá evitar el tirar por la borda miles de millones de quetzales, en vez de invertirse en un servicio básico y elemental. Finalmente, no es ningún secreto que nuestra población diariamente aumenta, lo que nos está llevando al punto de una explosión social de impredecibles consecuencias. No nos equivoquemos entonces, no podemos perder más tiempo, hay que actuar antes que sea demasiado tarde.

Artículo anteriorUn Ministerio de Educación que no educa
Artículo siguienteY todavía pontifica sobre democracia