Edith González

“El mayor crimen está ahora, no en los que matan, sino en los que no matan pero dejan matar”.
José Ortega y Gasset

Tras la firma de los Acuerdos de Paz terminaron 36 años de la guerra ideológica y las reglas del juego en la sociedad cambiaron. Ahora se libran en el territorio nacional nuevos conflictos armados, entre ellos el crimen organizado que, pese a los esfuerzos de la autoridad, sigue sangrando al país. Y resulta preocupante que el transporte colectivo utilice vidrios polarizados que anulan la vista desde el exterior sin saberse que sucede en el interior. Esto se encuentra amarrado a la inseguridad nacional.

Estadísticas del Ministerio Público revelan que de cada 10 incidentes armados en unidades del transporte colectivo 4 de estos autobuses tenían vidrios polarizados. Y estas camionetas transitan con toda impunidad por calles, avenidas y carreteras ante la mirada de todas las autoridades que simplemente las ven y amen. ¿Cuánto crimen, asalto, robo o violación habrá que esperar para que reaccione la autoridad? Y como nuestros entes encargados de la seguridad son reactivos y no propositivos dictarán leyes, acuerdos, reglas y lo que se les ocurra… Y al poco tiempo todo estará olvidado. Así somos…

Y los usuarios del transporte colectivo, especialmente en el interior del país, no solo mueren por la irresponsabilidad de dueños y choferes, que no están interesados en la seguridad, sino que además se registran 10 accidentes semanales en el territorio nacional, provocando muerte, lesiones, invalidez, orfandad y viudez.

A estos datos sumemos los actos de delincuencia en los autobuses, que incluso, llegan a violaciones masivas adentro de la camioneta y como tienen los vidrios “ahumados”, nadie en la calle se da cuenta.

Pero lo más lamentable es que la Policía Nacional Civil y las policías de tránsito lo saben, pero no actúan en contra de los dueños o conductores y esto se convierte en omisión de delito.

El abuso en el cobro de pasajes, el exceso de velocidad, recargar la camioneta, llevar hasta treinta pasajeros de pie, son abusos, que nadie evita, simplemente se hacen de la “vista gorda” por unas monedas.

Un monitoreo realizado en la Calle Martí y 13 avenida de la zona 6, en el norte de la capital, a las unidades que llevan pasajeros a Chinautla, San Pedro Ayampuc, San José Nacahuil, a solo 20 kilómetros de distancia, permitió establecer que 5 de cada 10 tienen los vidrios polarizados.

Algunas placas: C-803BJJ, C-134BNV, C-847BPD, C-376BGS, C- 367BJG, C-116BKS son solo algunos ejemplos. Todas estas camionetas tienen los vidrios oscuros, llevando exceso de pasajeros.

Un detalle final, a muchos de estos autobuses les anularon la luz interior. De noche. En la oscuridad y sin luz interior… ¿Cualquier cosa puede pasar? Y las autoridades respectivas esperando la emergencia para proponer medidas reactivas.

El personal de la Dirección General de Transportes, ente que autoriza las operaciones del transporte en el país, en apariencia tampoco se ha dado cuenta.

¿O no quiere enterarse de lo que pasa?

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