Sandra Xinico Batz

En el 2012, Plaza Pública (Escalón, Sebastián: “Los coleccionistas que protegen, pero alientan el saqueo”) indagó a Fernando Paiz sobre el origen de las colecciones que posee la Fundación La Ruta Maya que serán también exhibidas en el MUMA a lo que contestó aceptando que ha comprado piezas en diferentes partes del país argumentando que esto “en Guatemala no es ilegal. Si una colección está registrada, usted cambia el registro en la Dirección del Patrimonio para que la colección pase a ser propiedad de la fundación La Ruta Maya. Lo que es ilegal es sacarlas del país y no registrarlas” aparentando con ello que desconoce el marco jurídico principal sobre el que se debió erigir la fundación que preside.

Esta desconfianza que generan las propias palabras del fundador del proyecto MUMA devela una situación histórica en Guatemala, el del saqueo (continuo), que desafortunadamente las leyes no regulan sino en algunos casos hasta alientan, legalizando lo no ético, o sea el delito. Distintos sectores ya se han pronunciado ante esta situación, como el Consejo Técnico de Arqueología, autoridades del MUNAE, la Escuela de Historia de la Usac, entre otros, coincidiendo en lo peligroso que resultaría ceder el MUNAE a la iniciativa privado siendo éste un albergue del patrimonio nacional.

Hasta el momento, no existe ninguna comisión amplia (academia, pueblos indígenas, Estado, empresa privada, Mercado de Artesanías) que esté analizando y consensuando la viabilidad o no de este tipo de proyectos y sus consecuencias, ya que se habla mucho del patrimonio, pero de nuevo los más excluidos en la toma de decisiones sobre este son los Pueblos Originarios, quienes a pesar de ser los legítimos dueños, son quienes no tienen acceso a este tipo de recurso como los museos.

La construcción del MUMA aún no se materializa principalmente por las acciones de las personas que ocupan y se sostienen económicamente del Mercado de Artesanías, quienes han emprendido acciones legales para no ser desalojadas del terreno que le fue cedido al mercado hace casi 42 años. Según Víctor Leonardo, integrante de la Junta Directiva de la Asociación de Arrendatarios y Artesanos del Mercado de Artesanías, ellas y ellos han estado siempre en una posición de diálogo y apoyan la iniciativa de la construcción de museos en el país, pero están en desacuerdo en que se les quiera desalojar para construir un museo en el terreno que ocupa el Mercado de Artesanías, ya que este espacio no implica únicamente 50 personas que serían las afectadas como se ha querido hacer ver, sino una cadena de artesanos, mujeres, familias y pobladores de todas partes del país que surten y elaboran los materiales que el Mercado ofrece.

Leonardo indica que se enteraron del proyecto MUMA en el 2011 a través de una publicación que hizo la Alcaldía de la Ciudad de Guatemala sobre un parque metropolitano en cuyos planos se mostraba en el lugar que ocupa (actualmente) el mercado de artesanía, un museo y por ello iniciaron a investigar de qué se trataba esta situación.

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