Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

En Filadelfia, Estados Unidos, donde se discutiera, aprobara y suscribiera la Constitución de Estados Unidos de Norteamérica, el Partido Demócrata celebró su convención para elegir su candidato presidencial y vicepresidencial a participar en la próxima elección general, a celebrarse en noviembre próximo en ese país.

La convención fue una muestra de lo que es la integración del país más poderoso del mundo: multiétnica.

Durante los cuatro días de convención, a diferencia del Partido Republicano, los oradores representaron lo que es actualmente el pueblo de los Estados Unidos; participaron numerosos distinguidos ciudadanos de origen latinoamericano, provenientes de las cuatro latitudes del territorio de ese país. También participaron hombres y mujeres afroamericanos.

Con los oradores se alternaron artistas de nivel mundial y, por supuesto, los principales oradores fueron el presidente Barack Obama, su esposa, el expresidente Bill Clinton, el actual vicepresidente de Estados Unidos y el candidato a sucederle; numerosos senadores y diputados, por ello la convención fue multiétnica y multilingüe.

La candidata Hillary Clinton demostró la unidad del Partido Demócrata detrás de ella; en su postulación su mensaje de aceptación evidencia su vasta experiencia política y social, nadie puede discutir que Hillary en este momento es una estadista, que no solo conduciría a su país a nivel mundial sino que desde el principio sería la mejor representante ante el mundo

Ningún ser humano es perfecto y por supuesto la política en todos los países democráticos evidencia que quienes participan de ella son falibles, sino fuera así no serían seres humanos.

Pero Hilary Clinton llega no solo siendo la primera mujer electa para ocupar la primera magistratura, la Presidencia de Estados Unidos, sino llega con todos los méritos que puede pretender un candidato; es la punta del desarrollo de la pirámide democrática que gobierna ese país y la base que representa es multicultural, multiétnica y multilingüe.

Esperemos que todos los grupos sociales, económicos y políticos de los Estados Unidos concurran a elegir y que muy pocos se queden sin votar para que así el mandato del próximo presidente y vicepresidente de Norteamérica sea representativo y sólido, haciendo factible con ello que puedan influir de manera positiva y constructiva en todo el mundo.

Para América Latina, en especial para Centroamérica, y lo que actualmente se denomina el Triángulo Norte, países que tenemos tantos connacionales que han inmigrado hacia Estados Unidos, que se han forjado un hogar, que muchos de ellos tienen hijos nacidos en Norteamérica y que también muchos de ellos son ya ciudadanos, es importante pedirles a nuestros compatriotas que concurran a votar y demuestren con ello no solo su agradecimiento al segundo país que representan sino que responda a una obligación que no solo repercute en quienes son ciudadanos norteamericanos sino repercute en millones de familiares de donde provienen ellos y sus hijos.

Cada voto en la democracia es determinante y en esta elección en particular es sumamente importante

¡Guatemala es primero!

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