Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es

«La confianza en sí mismo es el primer secreto del éxito», Ralph Emerson

Desde siempre, hemos sido muy dados a construir mitos, dependiendo de nuestras necesidades del momento como sociedad, desde que se nos enseñó que el quetzal no puede vivir en cautiverio, pasando por una supuesta independencia que nunca fue tal, ya que el fondo de la misma, fue que los criollos no pagarán impuestos a la corona de España, hasta que Guatemala llegará a un mundial de futbol y lo ganará.

Así seguimos creando mitos, los que en determinado momento se convierten en héroes nacionales, ya que no tenemos Superman, nos lo creamos, le buscamos un cuerpo, nombres y apellidos, y allí están los encargados de recrear los grandes héroes que nos salvarán del mal.

En ese contexto se crea la CICIG, y su primer comisionado, el bien ponderado, aclamado y ensalzado en su momento Castresana, aunque posteriormente fue vilipendiado, por muchos y muchas de quienes lo elevaron a categoría de héroe nacional.

Constatamos diariamente, cómo los guatemaltecos, idealizan a quienes simple y sencillamente cumplen con su deber, la pregunta es ¿Somos tan imperdonablemente haraganes, dejados, ineficaces o corruptos que la regla se convierte en la excepción, y la excepción en la regla? Lo «anormal» sería que no cumpliera un funcionario público con su deber, sin embargo acá funciona al contrario, y el resultado son héroes momentáneos, pero de tanto impacto que a todos los queremos hacer presidentes.

Dentro del mismo contexto de lo anterior, en otras sociedades, los reporteros, paparazis, y demás, se encuentran pendientes de las celebridades, como actores, cantantes, deportistas, y cualquier acción de los mismos, absolutamente cotidiana, se trate de lo que se trate, es parte de las portadas de las revistas del corazón, e incluso de los medios de comunicación social y las redes sociales.

Acá a falta de prensa rosa (Porque no tenemos a quien ventanear) la noticia más relevante, como si del jet set se tratara, fue que el embajador de los Estados Unidos manejando una bicicleta estuvo presente en la auguración del «Programa de Patrullaje en Bicicleta», ¿Se necesita incluir al señor Robinson en el reportaje para darle un dejo de sensacionalismo a la noticia? (Esta es una apreciación objetiva, nada personal) Parece que nuestro kafkiano país, en su subdesarrollo en todos los aspectos, busca estrellas hasta en la mar.

Necesitamos tanto de héroes, que consideremos superiores a nosotros, que nombramos ídolo a cualquier extranjero, que nos haga el favor de sociabilizar un poco más, sin darnos cuenta que tenemos más que ningún otro país nuestros propios personajes, pero les dejamos en el anonimato, o les encontramos inmediatamente un error en su pasado o presente, en último caso, a quien pretende descollar, se les cierran las puertas, y se les abren en otros lares, en contraposición acá se las abrimos a cualquiera con un solo requisito: Que no sea de acá, paradoja guatemalteca.

La conclusión es más que contundente, para sobrevivir socialmente necesitamos como todos los seres humanos en quien confiar, a quien admirar, y los buscamos antes bajo las piedras. He de confesar que tengo un problema, jamás he podido distinguir mi izquierda de mi derecha, lo que significa que tengo un problema de ubicación espacial, lo mío es mínimo, ya que soy solamente yo y mi falta de ubicación en el espacio, aunque es muy parecido a uno de los tantos problemas del país, no sabemos dónde estamos, a dónde vamos, a quién admiramos y por qué lo hacemos, es altamente grave, ya que es la sociedad completa, la que busca asirse cual joven inexperta a la nada.

Debemos creernos que somos muy buenos en todo, excelentes, pero no individualmente, como colectividad, y aceptar que tenemos nuestros propios protagonistas, además que son muy buenos, porque somos nosotros.

Un día abandonaremos Macondo, para estar en Guatemala.

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