Grecia Aguilera

El martes 23 de febrero de 2016, en el Teatro Dick Smith del Instituto Guatemalteco Americano IGA, dio inicio el Festival Internacional de Jazz en su edición número XIV. La Embajada de Noruega en Guatemala participó por primera vez en este festival con la presentación del Dúo Frevo, integrado por los guitarristas Pal Granum y Andreas Karlsen. El trabajo musical que ejecutaron los maestros esa noche es para mí una descripción sonora del alma, la conciencia y el ser. Es su intuición del tiempo en un compás que delinea en nuestras mentes el camino inesperado de la existencia y la vida cotidiana de las personas. Por instantes en su sonoridad se experimentaron sentimientos de incertidumbre y desolación y al mismo tiempo se alcanzaba a dibujar imaginariamente con los dedos, paisajes diversos de la naturaleza y panoramas urbanísticos, que despertaron en los espectadores interés en los sonidos acústicos y electrónicos que realizaban en sus guitarras y que avivaron en cada pieza la curiosidad y admiración de la audiencia. Una de las piezas que llamó mi atención es la titulada “Joven”. Aquí los músicos fusionaron los sentimientos humanos con la tecnología, utilizando secuencias y ritmos computarizados que realizaron en el momento. Los efectos aplicados al sonido de sus guitarras dieron como resultado variaciones sonoras, modificadas por medio de procesadores y pedales especiales, que afectaron el sonido original de una forma artística, a voluntad de los músicos, creando sonidos únicos e invenciones inteligentes. Otra de las piezas que llamó mi atención es la titulada “Blues”, interpretación auténtica en la que lograron imitar el sonido del blues al estilo antiguo. El blues es una de las generatrices de la música jazz y trae a mi memoria la famosa sentencia del maestro saxofonista Charlie Parker que manifiesta: “La música es tu propia experiencia, tus propios pensamientos, tu sabiduría. Si tú no la vives no va a salir de tu instrumento. Te enseñarán que hay un límite para la música. Pero, para el arte no existen las fronteras.” Los maestros músicos Pal Granum y Andreas Karlsen comenzaron a tocar juntos en 1995, dominando desde entonces un extenso repertorio para dos guitarras. El nombre del dúo proviene de la palabra portuguesa ‘ferver’ que significa hervir, efervescencia o euforia. Así “Frevo” es un ritmo apresurado que surgió a finales del siglo XIX en la Ciudad de Recife, capital del Estado de Pernambuco, Brasil. Pienso asimismo, que los maestros músicos se inspiraron en la pieza titulada “Frevo” de Egberto Gismonti para nombrar al dúo. En el año 2002 grabaron su primer CD titulado “Wisky”, como un homenaje a los maestros Egberto Gismonti, Isaac Albéniz, Astor Piazzolla y Manuel de Falla. Una de mis piezas favoritas en este disco es la titulada “Agua y Vino” del compositor brasileño Egberto Gismonti. También en este CD interpretan maravillosamente “La Danza de los Vecinos” del ballet “El Sombrero de Tres Picos” del compositor español Manuel de Falla. Luego en el año 2010 grabaron su segundo álbum titulado “El Albaicín” como un homenaje al compositor y pianista español, Isaac Albéniz. El estuche del CD ostenta en su portada una ilustración de la boca y la roseta de una hermosa guitarra antigua, decorada en su contorno con incrustaciones de concha nácar que semejan las alas de una fantástica ave. El estuche incluye un folleto que muestra en su interior una fotografía de los maestros músicos con sus guitarras acústicas. En este álbum ejecutan con dulzura y pasión la pieza “El Albaicín” que pertenece al tercer cuaderno de la Suite para piano “Iberia” de Albéniz. El CD que también incluye piezas de los maestros Domenico Scarlatti y Maurice Ohana revela la sincronía y entendimiento perfecto entre Pal Granum y Andreas Karlsen.

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