Jorge Santos

Tradicionalmente los diminutivos suelen usarse para denotar cariño o bien de manera peyorativa hacer de menos al sujeto u objeto nombrado, sin embargo en este caso en particular el diminutivo responde a la característica esencial del Gobierno de Guatemala. Esta característica que denota el mínimo posible, es observable a simple vista, en prácticamente todos los ámbitos en los que se produce y reproduce la existencia de las y los guatemaltecos.

Un país sobre diagnosticado como Guatemala, nos refiere que el modelo de desarrollo y de Estado nos ha dejado como resultado que más del 53 por ciento de la población viva en condiciones de pobreza, los peores resultados de escolaridad de la región centroamericana, que alrededor del 20 por ciento de las familias no tengan acceso a ningún servicio de salud, que exista un déficit habitacional de más o menos un millón y medio de viviendas, infraestructura insuficiente o en mal estado, entre otros males endémicos. Y es que estos males, si bien no son el resultado del último gobierno, si fueron profundizados en los últimos tres años y medio de ejercicio de poder de Otto Pérez Molina.

Prácticamente este Gobierno ha estado al servicio de pequeños grupos de poder, ya sea económico, militar, político o del crimen organizado; con lo cual ha garantizado que la enorme mayoría de guatemaltecos tengamos que sobrevivir la experiencia de este país. Unas fuerzas de seguridad incapaces de detener los elevados índices de violencia que nos colocan como uno de los países más violentos del planeta; la desprotección absoluta de ciudadanos, frente a los cada vez más deteriorados sistemas de salud y educación, incapacidad por parte del Gobierno para detener la arbitrariedad e ilegalidad en la que la gran inversión hace abuso del trabajo de las y los guatemaltecos.

Lo más difícil de entender es como esta ciudadanía ha sido capaz de cada cuatro años, volver a colocar en la administración pública a los mismos grupos de poder que durante décadas han producido tanta miseria, exclusión, violencia y dolor a la sociedad; y es que esta reflexión no es menor, dado que este domingo volveremos a asistir, como sociedad, a elegir a quienes reproducirán este sistema inequitativo y expoliador de la fuerza de trabajo y los recursos naturales.

Según las últimas encuestas, nos hacen mención que de nuevo escogeremos al peor, al que es la representación viva, de lo que costo más de cinco meses de movilización social permanente en las calles y en la plazas, sacar del Organismo Ejecutivo; por lo visto se escogerá a quien representa al terror de Estado implementado por un grupo de generales del ejército, quienes produjeron muerte, dolor y desolación en la población; a quienes defendieron y sin lugar a dudas volverán hacerlo, la explotación, la pobreza y la inequidad que representa este modelo. Si usted desea, por lo menos no repetir la infamia y la ignominia diga no al proyecto FCN-Nación que representa todo eso y más.

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