Juan de Dios Rojas

Cunde en forma por demás tremenda acción, causante de auténticas y sostenibles sorpresas sin parangón; sobrevienen enseguidas cuestiones no ignoradas en gran medida, empero la población sin mediar palabra alguna. Eso rebalsó el tradicional vaso, a tiempo ipso facto que el encargado de la CICIG y también la Fiscalía General continuarán aún en el destape de mayores cloacas.

En pretéritos tiempos, que ya no vuelven, fue parte de expresiones volanderas afirmar con recelo el hecho harto mencionado en medio de naturales posturas exclamar: corre, ve y dile, guardando el infaltable hermetismo. Al aludir a expresiones conductuales bajo siete llaves. Razón entonces que todo merecio ocultarse: tremendos robos y apoderarse de lo ajeno, incluso de los impuestos.

La postura del cargo con el aval de la ONU de anteriores dignatarios designados, repito, que solo sentados en el cómodo sillón, lujoso por añidadura, el puesto delicado e importantísimo como que les quedó grande, sin pena y sin gloria alguna; la sustitución de ambos representó un exitazo según comentario visualizado y firme. En el acto empezó el destape de una y otra cloaca, todas de manos y olores fétidos.

Comentarios surgen siempre en sentido satisfactorio capaz, por consiguiente, de ver con buenos ojos la valentía, estrategia ponderada como certera de extraer públicamente la cadena enorme, y sus conexiones con el exterior de mafiosos por los cuatro costados, aparentes caballeros del mal, ajenos a costumbres correctas metidos en reuniones selectas de cuello blanco y demás hierbas.
Gente de todos los estratos sociales sufrieron un pánico tan pronto las investigaciones en torno al penoso tema dieron a conocer, totalmente, cada cloaca destapada ante millares da ojos furiosos del guatemalteco; que se ha fajado en la diaria tarea honrada, equivalente a sudar todo el día a fin de sacar adelante a su familia. Lejos desde luego de tener la mano para recibir la millonada de los hampones.

El destape tantas veces aludida de las hediondas cloacas, vino a confundir por el tiempo preelectoral candente. Aludió también a políticos experimentados y los mismos de siempre que resulta la misma cosa, elevada por el calor propicio del evento, cada ocasión repleto de casos y cosas que sacan de quicio al observador sencillo, cuando mucho solo satisface el derecho de elegir.

Reitero, cuán lejos hemos estado los guatemaltecos del rumbo sucio hacia donde lleva y ha llevado tiempo atrás esa expresión conductual de mala fe y conciencia. Afortunadamente aun es tiempo de llevar a cabo una indispensable y urgente prevención propicia y de los suyos. A ese paso firme podremos cooperar con la justicia salomónica.

El dedo de la justicia significa, de hecho y por derecho, el correspondiente señalamiento invariable y la correspondiente justicia. No acudir con el dinero a manos llenas que tienen, a persentar los cajoneros recursos de amparo ante las Cortes.

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