Oscar Clemente Marroquín
ocmarroq@lahora.com.gt

Se puede decir que en muchas formas se nos ha pasado el Día de la Dignidad, pero ayer justamente muchos ciudadanos pasamos por algo una de las pocas gestas en la vida nacional que han sido resultado de un desborde de la dignidad y la lección fue proporcionada por jovencitos, casi todos menores de edad, cuya acción heroica está recogida en el libreo “Los Héroes tenían 15 años”, escrita por Carlos Enrique Wer, al describir el levantamiento de los Cadetes del 2 de Agosto en 1954 para defender la dignidad de su Ejército, pisoteada por la Liberación con la complacencia y complicidad de los mandos militares de esa época.

Wer fue de los cadetes que tuvieron que vivir y morir en el ostracismo por haber participado en el levantamiento que desafío al gobierno de Castillo Armas. Lo conocí muy de cerca y fue aquí en La Hora donde decidimos editar su obra sin cobrar un centavo para que pudiera conocerse el esfuerzo y la lucha de esos jovencitos imberbes que empuñaron las armas en su Escuela Politécnica para hacer lo que sus superiores no hicieron cuando vino la invasión liberacionista financiada por la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos.

Tuve la suerte de haber conocido a muchos de los cadetes del 2 de agosto y con los pocos sobrevivientes que siguen aferrados a sus ideales, sigo teniendo una fuerte amistad y, sobre todo, profundo respeto porque en este pueblo que siempre ha tenido esa vocación de sumisión que a veces nos convierte en borregos, la suya fue una acción que fue ejemplo de dignidad, de valentía, de lucha sin temor a las consecuencias que, puedo decirlo, fueron terribles para muchos de los cadetes que nunca pudieron culminar su sueño profesional y que, además, fueron perseguidos y hostigados durante toda su vida. El mismo Quique Wer murió en condiciones lamentables durante un viaje a La Habana para participar en un congreso sobre la situación del Tercer Mundo y repatriar sus restos fue un serio problema.

Y es que no tenemos abundantes ejemplos de esas acciones de valor y entrega. En el siglo pasado acaso pueda hablarse de unas cuantas, entre ellas los dos atentados contra Estrada Cabrera forzados por la imposibilidad de hacer algo por la vía legal para acabar con la dictadura, luego el levantamiento popular de la Semana Trágica abanderada por los líderes del movimiento Unionista, el levantamiento contra Ubico y la posterior rebelión del 20 de Octubre del 44 contra Ponce, sin pasar por alto el levantamiento militar ocurrido tras la muerte de Arana. Son pinceladas en las que, por supuesto participaron un puñado de guatemaltecos mientras la mayoría se mantuvo como espectadora ante los hechos.

Y ayer, al recordar esa gesta, no pude sino pensar que el ejemplo de los héroes de 15 años está allí, para recordarnos que no hay peor indignidad que la de aceptar como inevitable el triunfo de los malos. Que la dignidad está en ponerse de pie, correr los riesgos y luchar por lo que consideramos correcto, aunque pueda ser contrario al orden establecido.

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