Luis Fernández Molina

Parafraseando a Churchill –en referencia a los Balcanes—podemos afirmar que en Guatemala “se está produciendo mucha más noticia de lo que podemos consumir”. Se han venido sucediendo las informaciones como expresiones de una virulenta epidemia. A tal punto es la vorágine noticiosa que no ha secado la tinta cuando se escucha una nueva primicia, las portadas y titulares hay que confirmarlos minutos antes de su emisión, no vaya a ser que una más reciente noticia de impacto la vaya a eclipsar. No se sabe si en ese momento está “produciéndose” otra nota más impactante. Es que este gallinero nuestro nunca ha reposado y menos en período eleccionario. Los cazanoticias van a estar muy ocupados hasta el 14 de enero sea cual sea el rumbo que tomen los acontecimiento y por lo mismo han surgido nuevos noticieros, más entrevistadores, más portales de Internet, más memes, etc. En Escocia los expertos afirman que anticipan bien el momento en que va a emerger el monstruo de Loch Ness. ¿Cuándo? Cada vez que disminuyen las noticias. Los noticieros y columnas tienen siempre los mismos espacios y parecido número de palabras, haya noticias o no. Por lo tanto nuestro Nessy va a estar hibernando por mucho tiempo.

Poco importan las fluctuaciones en el precio del petróleo o café, la sequía de California, el rescate del euro, el avance de ISIS, la crisis griega, la expansión rusa, la visita del Papa Francisco a Latinoamérica, los migrantes, Trump, los refugiados, etc., aquí generamos nuestra propia noticia que es más nutritiva, muy colorida y a veces inverosímil. Debemos consumir lo que aquí producimos.

Estamos casi a 2 meses de unas elecciones atípicas, inéditas, convocadas en medio de una vocinglería como nunca se había visto. Un carnaval kafkiano. Hay mucha desconfianza en todo el andamiaje institucional. Tanta incertidumbre ha enfriado algo el normalmente hirviente caldero de las semanas previas a los comicios pero la incertidumbre prevalece y las apuestas se disparan como ruletas. ¿Habrá elecciones el 6 de septiembre? ¿Tendrán los 40,000 postulantes su papelería lista? (¿Por qué Zury, que debía suponer este rechazo, no presentó su papelería antes para tener más tiempo de impugnaciones?) ¿Hasta dónde tendrán vigencia los “amparos provisionales” por cuyo medio ordenan la inscripción sin finiquito? (actuaciones judiciales que deben monitorearse para tener datos objetivos útiles en las elecciones judiciales en 4 años). ¿Van a producirse reformas a la Ley Electoral? ¿Va a renunciar el Presidente? ¿Avanzará el trámite del antejuicio? Y sobre todo ¿Quiénes van a quedar?

En todo caso continúa la conquista de la audiencia. Recuerda la programación de los eventos deportivos. Nunca dejan en paz a los espectadores. Termina la Liga de las Estrellas, seguidamente las finales del campeonato nacional, luego la Champions, hace poco la Sub-20 de Nueva Zelanda, luego la Sub-21, recién termina la Copa América, el mundial femenino en Canadá, y viene la Copa de Oro, luego arrancan las eliminatorias del Mundial y la NFL, también corre de nuevo la liga española y la liga nacional, la serie mundial y así continúa el carrusel. Siempre alimentando la insaciable ociosidad y, claro está, promoviendo la millonaria publicidad.

Vale lo anterior porque terminada la contienda electoral viene otra, en apariencia más pequeña, pero igual de importante: la elección de los 5 magistrados titulares de la Corte de Constitucionalidad. Esa sí va a ser una hecatombe, un choque de trenes. Dos magistrados dependerán directamente de las elecciones: los que nombran el Presidente y el Congreso; por influencia gravitacional también habrá efecto sobre el que elige la Corte Suprema. ¡Qué buen panorama! Acomódense en sus poltronas y estén atentos.

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