Marco Tulio Trejo Paiz

Tenemos, por ejemplo, el caso de Telecomunicaciones de Guatemala, dizque de Guatemala, que vive haciendo cobros indebidos por llamadas fallidas que hacen los usuarios del servicio que no deja de ser eficiente, digamos, pero problemático en lo económico, al igual que la Empresa Eléctrica que también hace de las suyas y de las del diablo a sabor y antojo…

Los fines de semana (sábados y domingos); cuando hay asuetos y días festivos, si tratamos de hacer llamadas de nuestro interés, incluso en los casos de emergencia y urgencia (enfermedades graves, accidentes, etcétera), nos topamos con grabaciones de mujer con voz de vieja que dice: el número al que llamó no existe en la red telefónica, pero si hacemos una breve pausa y volvemos a intentar comunicarnos, resulta que el número del teléfono sí existe, ya que la grabación del cuento contesta que la persona a quien llamamos no puede atendernos, y si insistimos, a veces es posible hacer el contacto que deseamos.

¿Qué tal? Telgua está haciendo cobros indebidos sin que un ente del gobierno le marque alto y la sancione drásticamente.

Los usuarios no babiecas debemos no dejarnos desplumar como lo hace impunemente la foránea empresa.

Protestemos airadamente contra los cobros de abuso de los extranjeros a quienes se les entregaron los servicios que imponen los tiempos modernos, pero lo hicieron en condiciones propicias a la explotación inicua.

Las telecomunicaciones han mejorado si comparamos lo que ocurría antaño, cuando la instalación de un teléfono se prestaba a la corrupción, pues entonces mordían a más no poder; nos arrancaban mil, dos mil o más quetzales cuando la moneda no estaba volando tan bajo como ahora sucede.

¡Si volviéramos a aquellos días no estaríamos volando tan bajo con el ocho por ciento en relación con el dorado dólar de USA!…

Artículo anteriorReprochan rezago en política interna sobre drogas
Artículo siguienteÉbola