Francisco Cáceres Barrios
fracaceres@lahora.com.gt

El viernes pasado se me hizo un nudo en la garganta al escuchar en un telenoticiero, los que la mayoría más parecen “oficiales” que vehículos para la libre emisión del pensamiento, cuando el Jefe de Oncología Pediátrica del Hospital San Juan de Dios clamaba por los recursos para la quimioterapia indispensable para salvar la vida de las pobres criaturas víctimas del cáncer bajo su responsabilidad, mientras que a esas mismas horas se celebraba, a un costo millonario, con toda pompa en uno de los mejores hoteles del país la Asamblea General de la OEA para despenalizar el consumo de estupefacientes, en vez de combatir eficazmente al narcotráfico, sino ver como un problema de salud colectivo los padecimientos de ansiedad de los viciosos víctimas de su propia adicción. Vean qué caso.

No nos sigamos equivocando, las perspectivas del gobierno del Partido Patriota están a la vista. De ahí que resulte oportuno advertirle a los señores reporteros lo innecesario que sería preguntarle al Presidente, como a sus colaboradores si las elecciones generales del año entrante van a ser limpias y transparentes, pues lo comprobado el pasado fin de semana en la Plaza Mayor de la ciudad capital, cuando ilegalmente se “nominó” candidato al señor Alejandro Sinibaldi vino a demostrar una vez más que a las actuales autoridades les viene del norte lo que en esa materia pueda decir el Tribunal Supremo Electoral, la ética, las leyes, los valores y principios, como el merecido respeto para el resto de nuestra población y del mundo entero.

Entonces llegó la hora de no hacer más preguntas, sino hacer todo lo posible por despertar la conciencia ciudadana para que una vez advertida de lo que nos depara el futuro de nuestra nación, comprendan que es ahora y no más tarde cuando debiéramos actuar enérgicamente para demandar el cumplimiento de las leyes. “Una nación está en peligro cuando su presidente habla todos los días y se cree la persona más importante de su país”. Arturo Illía.

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