Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

Nueva e intencionalmente confunden la seguridad, el narcotráfico y las pandillas con el hambre, la pobreza y la absoluta falta de oportunidades de vida digna y adecuada para millones de millones de seres humanos en lo que antes llamaban los países bananeros, que durante cientos de años fueron explotados en su recurso económico y humano por empresas transnacionales especialmente afincadas y organizadas en las cúpulas norteamericanas.

Es imposible continuar hablando de una reforma migratoria, que transcurran más de seis años y los republicanos no se logren poner de acuerdo ni dentro de su partido, en el Congreso o en el Senado y mucho menos sean capaces de plantear una solución congruente con el Partido Demócrata y el gobierno que preside Barack Obama.

Muchas cosas se pueden detener mediante el incremento coercitivo y la inversión de millones de millones para impedir parcialmente la inmigración. Muchos centros de detención podrán crearse y podrán fletarse muchos aviones para que traigan a parte de quienes se atrevieron a inmigrar. Sin embargo, esos espejitos no resuelven el problema, mejor sería que en lugar de importar miles de miles de productos del Asia, especialmente de China, comprendieran que sus vecinos de al lado deberían de ser el principal mercado de inversión para aprovechar la mano de obra existente en Centroamérica, las habilidades de esos seres humanos y los bajos costos de transporte marítimo hacia el gran consumidor norteamericano.
Los Tratados de Libre Comercio que han suscrito con Guatemala, El Salvador y Honduras solo han beneficiado a un limitado número de centroamericanos y a todas las empresas exportadoras de Estados Unidos, pero en ningún caso han mejorado la educación, la salud y los ingresos del 90% de los ciudadanos, por ello nuevamente hablamos de los espejitos y no precisamente del espejo de la bruja y Blanca Nieves, aunque también se le aplica a quienes en Estados Unidos se miran y se dicen a sí mismos que ellos son los buenos, y que los malos son los que no se quieren morir de hambre en los países que ellos permanentemente utilizan sustrayéndoles sus materias primas; ni siquiera han podido cumplir con las normas laborales bilaterales que contemplan los Tratados de Libre Comercio.

Decir que van a enviar otro “pushito” de dinero para emplearlo en seguridad es igual que decir que nos van a mandar otros asesores norteamericanos bien pagados, bien vestidos, mientras que las fuerzas de seguridad de nuestros países no tienen ni siquiera los recursos para no vivir en precarias situaciones de dengue, paludismo y de dieta basada en arroz, maíz y frijol.

No continúen con la política del payaso llevando a los presidentes a oír la política del Departamento de Estado que evidentemente no funciona y que sigue siendo un juego de espejos, mejor insistan que en Guatemala se paguen impuestos, salarios justos y precios de mercado en la Canasta Básica.
¡Guatemala es primero!
Continuará

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