Giammattei nos ha dado innumerables razones para echarlo de la presidencia. Lo hicimos con Otto Pérez, por aviesa corrupción, y Giammattei es más corrupto y represivo que él. También es más tramposo, porque mientras jura y perjura ante Naciones Unidas y EE. UU. que entregará el gobierno el 14 de enero de 2024 a las personas electas, hace todo lo posible para evitar que ellas sean Bernardo Arévalo y Karin Herrera, que fueron electas limpia y contundentemente el 20 de agosto. No obstante, no podemos echarlo ahora, porque esa sería la excusa para el “cuartelazo”, que impediría la transición pacífica de gobierno. Tenemos que soportarlo y a eso juega; pero para curarse en salud, ha pedido a Porras que pida el antejuicio contra su vicepresidente, que CSJ y CC tenían engavetado desde 2000. Se trata de otra treta más, en la cual son cómplices las cortes, el MP y jueces “de confianza”. Es el complot urdido en oscuros sitios militares y centros de perdición, para negar la voluntad ciudadana.
No entiende la “maquinaria de la corrupción” –CACIF, capos del crimen organizado, manipuladores extranjeros, y todos sus sirvientes en los tres Poderes del Estado y en partidos políticos– que esa ponzoña cultivada por Jimmy y Giammattei fue derrotada con dos golpes ciudadanos, uno el 25 de junio y otro el 20 de agosto. El “golpe de Estado” no pudo contra el poder ciudadano y menos podrá vencer la determinación del Pueblo de dar el gobierno al Movimiento Semilla. No solamente perdieron su apuesta al fraude –compra y acarreo de votos y oscuras presiones contra el TSE, así como dictámenes ilegales e inmorales de la CC y la CSJ– sino que han quedado con impúdica desnudez ante la comunidad internacional. Sería imposible su intento de gobernar el país, el cual, además, sería enfrentado por la población en calles, plazas y carreteras. En los próximos días ocurrirán eventos que son muestra del poder ciudadano, como la decidida convocatoria de los 48 Cantones para paros en carretera. De continuar con sus planes, les aseguramos que paralizaremos el país.
Algunas personas, pecando de ingenuidad, se ilusionaron con fallos correctos de las cortes, para facilitar la transición de gobierno. No sucede; las y los magistrados están comprometidos a imponer la estrategia de secuestro del Estado. Por ello, hemos de tumbar a Porras, lo cual se logrará solamente con acciones concretas. La comunidad internacional es clave, destacándose el rol de Estados Unidos; pero debe entenderse que las palabras no son suficientes para retirar a la Fiscal General. Se deben aplicar sanciones que afecten a la “maquinaria” en su conjunto, con medidas económicas que quiten de inmediato fondos al Estado, incluidas sus fuerzas armadas, y a la iniciativa privada, igualmente responsable de la situación nacional. Deben agentes externos actuar con firmeza y prontitud; pero, aún con esta presión, es indispensable que la ciudadanía salga a la calle y presione con multitudes a Porras, no una semana continua sino que todas las semanas que sean necesarias. A esto se sumarán los mensajes del extranjero y cuanta forma exista en el país para avergonzar a la jefa del MP.
