Jóvenes por la Transparencia

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Por: Aura Almira
X: @auralmira
Ig: Almisfortune
Estudiante de Derecho de la Universidad de San Carlos de Guatemala.


Las elecciones en El Salvador han sacudido el tablero político y diplomático, dejando a los guatemaltecos atentos a las decisiones que se toman por parte del Estado en respuesta a este rompimiento constitucional. 

Para ilustrar este escenario: cuando un líder decide ignorar las leyes y someterse a una reelección ilegal, sumiéndose en autoridad totalitaria, nos encontramos frente a un panorama que invita a la reflexión sobre la posible emergencia de un liderazgo autoritario o, incluso, dictatorial. El juego de la reelección ilegal, el debilitamiento de las instituciones democráticas y la acumulación desmesurada de poder nos lleva a esa encrucijada.

El Salvador, donde el 90% de la población respalda al candidato reelecto, nos hace preguntarnos si la democracia del país vecino realmente titubea, generando inquietud en ciudadanos y observadores electorales. 

Más allá de esto, la respuesta del presidente guatemalteco, Bernardo Arévalo, en sus redes sociales, ha suscitado controversia en los jóvenes y ciudadanos conscientes de las luchas que hemos pasado. A pesar de que las elecciones en El Salvador no habían sido oficializadas, el presidente ha enviado un saludo fraternal al mandatario salvadoreño.

Quienes han sido parte de las luchas por el orden constitucional y la democracia en el país ven con preocupación la respuesta del presidente guatemalteco al mandatario salvadoreño. No obstante, también hay quienes dudan de la idoneidad de la respuesta presidencial ante la elección del vecino mandatario. Es crucial informarnos e informar, pero más allá de eso debemos comprender que las realidades y desafíos de ambos países difieren. 

La diplomacia y el comercio deben permanecer como pilares fundamentales para mantener economías estables. La respuesta del presidente guatemalteco no puede ser evaluada con el mismo rasero que la de otros países, dado que nuestras circunstancias son distintas.

Guatemala, como país eminentemente comercial, se ve afectado por las dinámicas del comercio internacional. Datos de Agexport revelan que, durante el año 2022, El Salvador representó el principal mercado para Guatemala en Latinoamérica, con un valor de US$ 1,335 millones, equivalente al 28% de las exportaciones hacia la región. Esto subraya la importancia de mantener lazos comerciales a pesar de las diferencias ideológicas.

En este contexto, debemos comprender que romper lazos sin cuestionar las consecuencias solo genera conflictos que pueden evitarse, la lucha por que prevalezcan los derechos sobre todas las cosas nos lleva a intentan establecer comparaciones con la situación vecina, buscando justificar la aplicación de métodos similares en Guatemala. No obstante, para garantizar la seguridad en nuestro país, se requieren más que medidas preventivas y modelos de reinserción. Se requiere estabilidad política y económica, que suele ir de la mano con bajos índices de criminalidad.

Se requiere también la aplicación efectiva de la ley que contribuya a mantener la seguridad y el orden público. Además, la inversión en educación y bienestar social puede impactar positivamente en la reducción de la delincuencia a largo plazo, ofreciendo oportunidades y perspectivas de empleo a la población.

En el ámbito diplomático, la cooperación internacional se torna esencial para abordar problemas de seguridad global, como el terrorismo y la delincuencia organizada. Es crucial comprender que la seguridad de un país es compleja y multifacética, con varios factores interactuando para determinar su percepción.

La respuesta diplomática del presidente guatemalteco a las elecciones salvadoreñas debe entenderse en el contexto nacional e internacional. Aunque luchamos por la democracia, no podemos comparar situaciones entre países con contextos sociales diferentes. La búsqueda del bien común y la defensa de causas justas deben prevalecer, reconociendo las diferencias culturales y la importancia de mantener relaciones diplomáticas para el beneficio de ambas poblaciones. Alzar nuestra voz es fundamental sin embargo debemos ser analíticos y no dejarnos guiar por populismos, optando posturas lógicas que siempre beneficien a la población.

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