Pedro Pablo Marroquín

pmarroquin@lahora.gt

Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

“Guatemala es un país en el que uno nunca se aburre” me han expresado algunos extranjeros y la verdad es que tienen razón. Cuando creemos que hemos visto todo alrededor del sistema, sus operadores y sus formas, siempre surge algo que nos saca de la equivocada creencia.

Esta semana quizá seremos los testigos del retorno de Manuel Baldizón a la política local, luego de ser condenado en Estados Unidos por lavado de dinero, toda vez que el partido CAMBIO, que hicieron con sus hijos, está inscrito y listo para participar en los próximos comicios. Necesita quitarse la limitación judicial para salir más allá del departamento de Guatemala.

Su posible participación se suma a un campo ya polarizado, plagado de gente que apelará al populismo puro y duro al tiempo que ningún candidato hablará de los problemas de fondo y de salidas reales que tenemos para enfrentar los retos.

Baldizón ya está hablando en redes de propuestas del 2015 y hasta expresa que él fue víctima de un fraude. En su momento, aquí en La Hora reportamos que VAMOS intentó que fuera su candidato, pero fallaron porque ser candidato de VAMOS asegura el fracaso y solo Manuel Conde se iba a prestar a eso.

Baldizón viene de regreso y tiene un plan por lo que él jura fue producto de un fraude y si vemos detenidamente la relación de los Baldizón con este Gobierno, con Alejandro Giammattei, Miguel Martínez y Consuelo Porras, nadie puede asegurar que el ex candidato de Lider no sea el gallo tapado con el que negoció el Gobierno y el sistema mismo.

Cómo olvidar la expresión del hijo de Baldizón de que son amigos del Presidente.

Baldizón ya intentó ser Presidente en dos ocasiones y por lo tanto puede darse el lujo de no hacer tanta campaña. El Tribunal Supremo Electoral (TSE) que no llega en su mejor momento tendrá la palabra de la inscripción y veríamos si pactaron o no con el Gobierno cuando la Corte de Constitucionalidad (CC) que lidera Leyla Lemus resuelva. El antecedente de Alfonso Portillo juega en contra.

Que en una sociedad alguien como Manuel Baldizón pueda volver a escena como si nada ha pasado nos demuestra que las cosas están al revés y que tanto que le hemos querido hacer la vida imposible a los que buscan hacer las cosas bien, nos pasa factura porque los que caminan en la oscuridad encuentran formas de manera “más sencilla”. En otras palabras, el honrado se la ve a palitos.

El país está en manos del crimen organizado que aprovechó las avenidas porosas de un sistema que se vio fortalecido por nuestra falta de entendimiento, de caminos para transitar juntos buscando una Guatemala más justa, incluyente y generadora de oportunidades para cerrar brechas.

Lo que estamos viviendo en real y debemos asumir las consecuencias porque el resurgimiento de agentes de impunidad es gracias a nuestra incapacidad para articular y por esa incomprensible actitud de elegir los “enemigos” incorrectos.

Abrir los caminos de impunidad nos iba a provocar esto y ahí están las muestras. Eliminamos los mecanismos de seguridad institucional que pudieron haber parado la debacle, no atinamos a hacer las reformas que el sistema necesitaba y ahora los controladores de ese sistema que contaron con apoyos clave, han decidido agarrar su propio rumbo en detrimento de todos.

La gente trabajadora de este país, el empresario honrado y el migrante echador de punta se la pueden ver a palitos en esta vorágine porque la mezcla entre el crimen y el poder es real y mientras más días pasen sin que los guatemaltecos más comprometidos alcancen acuerdos, el mar se picará más.

El guatemalteco es resiliente y siempre logra ponerse de pie, solo siento que esta vez estamos yendo unas millas más allá y nos hemos acercado de manera muy peligrosa a un fuego que está sin control, pero que es bien aprovechado por algunos para sus perversas intenciones.

 

 

 

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