Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

Arranca el proceso y diversos sectores se pronuncian al respecto y sucede lo de siempre: todos hacen un llamado para que sea un Fiscal General Independiente, ajeno de presiones.

Es lo que corresponde en función de lo que establece la ley, pero en la práctica es otra la realidad y veremos qué tan del diente al labio se pide un fiscal independiente o si es algo que en realidad cuenta con el apoyo de diversos sectores que estén dispuestos a comprometerse.

Hay maneras de implementar el proceso con el afán de lograr que los seis candidatos dentro de los que deba elegir Alejandro Giammattei sean abogados que van a llegar a ejercer la función pública sin ver a quien le dan Consuelo.

El día de hoy CACIF sacó un tuit pidiendo que el próximo fiscal debe ser independiente de presiones externas e internas y llevan razón. Algunos lo entendieron como que era una forma tácita de anunciar que Consuelo Porras ya no es su gallo por la enorme dependencia y subordinación que tiene con el Presidente de la República.

Pero esto es más que las Porras que se le puede hacer a alguien que dio Consuelo o los favoritismos que alguien pueda tener por otros candidatos. Esto se trata de elegir abogados idóneos, capaces y honrados que puedan llevar el Ministerio Público (MP) al puerto necesario para fortalecer el Estado de Derecho.

Los buenos candidatos han quedado marginados porque sienten que serán “chompipes de una fiesta que ya está organizada”, pero hay mecanismos y metodologías que puedan permitir que los buenos aspirantes sean evaluados de manera objetiva.

Hay maneras en las que el honrado puede exponer su trayectoria profesional y personal, demostrando que lo que tiene o lo que le falta es producto de un esfuerzo honrado, de su capacidad profesional para ejercer la abogacía, para ser juez o funcionario probo.

Conocer la vida de los candidatos es clave, conocer su trayectoria profesional es vital y saber si sus fianzas son como las del abogado García Gudiel que podía hacer millonarios “préstamos” a los clientes, es fundamental si deseamos que el próximo Fiscal General sea alguien que inspire respeto, aunque se compartan o no sus pensamientos.

El problema es que una cosa es lo que se dice y otra la que se hace. Además, que quien elige está fijado en el que el Centro de su Gobierno pueda tener una próspera vida por delante, como la han tenido numerosos personajes que han usado la política para dar saltos millonarios a cualquier costo.

Todo aquel que ha expresado su disgusto con Nicaragua y Venezuela debería hacer lo suyo para que Giammattei no vea esta elección como la ven Daniel Ortega y Nicolás Maduro.

Que esta sea una elección personal del presidente Giammattei, no pensando en el país, ni en el Estado de Derecho o el clima de los negocios, es un grave riesgo que tenemos y que nos puede llevar a complicados escenarios que den más margen al crimen organizado, al narcotráfico y a las mafias de todo tipo que complican al chapín honrado.

Las fuerzas del mal ya trabajan, ya operan, ya tienen planeado cómo controlarán el proceso y cómo buscan tener a raya a los postuladores y por eso si el pedido de un Fiscal General independiente es real, debemos tener la capacidad de hacer lo necesario para que una o varias metodologías reconocidas y ya probadas en Estados de Derecho reales, nos sean un instrumento que nos acompañen si hay voluntad de elegir bien.

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