Marco Tulio Trejo

mttrejopaiz@gmail.com

Soy periodista, comunicador social y un soñador creador de opinión pública, para hacer conciencia que permita mejorar los problemas sociales, económicos y políticos que nos aquejan y nos mantienen inmersos en una sociedad con pocas oportunidades de vida para las nuevas generaciones. Estoy convencido de la importancia que tiene la prensa, en el fortalecimiento de la democracia, para coadyuvar a la consolidación de un Estado de Derecho con una certeza jurídica y el lema de mi señor padre siempre fue: “la pluma no se vende, ni se alquila”.

post author

El cobro de la tarifa de parqueos privados y públicos se ha convertido en un “negocio redondo” para pocas personas en detrimento de las mayorías, quienes se aprovechan de la necesidad de estacionamiento en la capital, incluso en la calle se ve cómo personajes hacen de las suyas y hasta se dan el lujo de amenazar a los propietarios de vehículos para que les paguen por adelantado una cuota que es arbitraria y abusiva.

Este es el caso de doña Rosa, quién junto a su familia llegó a un centro comercial de la zona 11, donde la dejaron ingresar, pero después de estar dando vueltas por más de 32 minutos, decidieron salirse porque estaba lleno y no encontraron un lugar vacío. Al salir su sorpresa fue que le cobraron la hora de servicio (Q15).

Doña Rosa se bajó de su vehículo para pedir el libro de quejas, el cual tienen la obligación de tener en recepción, pero no se lo quisieron proporcionar para que pusiera la queja a la Dirección de Atención y Asistencia al Consumidor (DIACO) el abuso que había sufrido. Pero cómo se ha vuelto costumbre, el Ministerio de Economía, se comporta como los tres monos sabios: no hablo, no veo y no escucho.

La afectada al comentar a uno de los agentes de seguridad que no se había podido parquear y que no había podido hacer las compras que necesitaba, le pidió que le hicieran el favor de subir la talanquera para salir. El uniformado le respondió, con tono prepotente, que tenía que pagar y que no importaba que no hubiera encontrado lugar para estacionarse, que ese no era problema del lugar.

Este es uno de los ejemplos que revela el abuso de los administradores de parqueos por ser nulo en derecho, quienes, al no haber certeza jurídica, hacen lo que les viene en gana y se aprovechan de la necesidad del uso de parqueo, para sacar dinero fácil, tal como lo suele hacer cualquier “cuidador de vehículos” en las calles y avenidas de las zonas citadinas.

Pero no solamente en los centros comerciales se da esta arbitrariedad, las diferentes universidades, estatal y privadas, también han adoptado, este anómalo proceder, ya que obligan a los estudiantes a pagar una cuota mensual por parqueo, el cual oscila entre 300 y 400 quetzales por carro estacionado.

El cobro a todas luces es ilegal y la tarifa es impuesta a los estudiantes porque se ven obligados a dejar sus vehículos en los parqueos, cuando las casas de estudios tienen la obligación de ofrecer, un parqueo seguro a los estudiantes, quienes pagan mensualidades elevadas, incluso sin que les extiendan facturas para reportar los gastos ante la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT).

Incluso la Municipalidad de Guatemala es “cómplice” de estos cobros y reporta que en sus parqueos percibe Q18 millones por este concepto. La Comisión de Asuntos Municipales del Congreso tiene engavetado, en espera de la tercera lectura, la iniciativa de Ley 6249-2016, que tiene 20 artículos y plantea el establecimiento de la comisión nacional de tarifas de estacionamientos de guarda y custodia de vehículos, para regular esta situación.

Pero como a los señores “Padres de la Patria” no les interesa legislar en favor de las mayorías, no le ponen atención a esta clase de arbitrariedades, que nos afectan a todos, y que únicamente traen beneficios económicos, para un “grupo selecto” que se beneficia con ingresos millonarios año con año.

Todo este problema se genera porque los legisladores están más interesados en llenarse los bolsillos y agenciarse dinero para sus billeteras, con proyectos del Listado Geográfico de Obras, que les permite que cada cuatro años se conviertan en los nuevos ricos de este país.

La iniciativa que “duerme el sueño de los justos”, fue planteada porque se carece de un marco legal que proteja al usuario, por lo que hay “desprotección latente, que se sustenta con la colocación de rótulos que eximen de responsabilidad a los propietarios que prestan el servicio sobre el daño que puedan sufrir los vehículos”.

La norma planteada prohíbe a los proveedores fijar precios fraccionados y hacer cobros por un servicio que no se ha prestado y que el servicio sea mejorado y que tenga condiciones de seguridad y seguros en caso de que se susciten hechos donde resulten dañados los automotores en resguardo.

Lo que no ha gustado a los administradores de los parqueos, es que la iniciativa de Ley 6249, estipula que las primeras dos horas de estacionamiento no tienen costo alguno y que puede hacerse efectivo al demostrar la compra en los locales respectivos.

Y qué si en dado caso se excede de las dos horas permitidas, en la tercera hora se va hacer un cobro de Q5. Además, contempla que las universidades, funerarias, restaurantes, hospitales tengan la obligación de dar el servicio de resguardo gratuitamente, porque hacen cobros que contemplan la seguridad del negocio, tal como ocurre en los centros comerciales, donde los inquilinos pagan una cuota por mantenimiento.

 

Artículo anteriorTenemos la esperanza de una nueva semilla
Artículo siguienteMuchos esfuerzos han existido y seguiremos en la lucha