Danilo Santos

dalekos.santos@gmail.com

Politólogo a contrapelo, aprendiz de las letras, la ternura y lo imposible. Barrioporteño dedicado desde hace 31 años a las causas indígenas, campesinas, populares y de defensa de los derechos humanos. Decidido constructor de otra Guatemala posible.

post author

Danilo Santos

Los objetivos de la operación PBSUCCESS en el país fueron “Eliminar de manera encubierta, y de ser posible sin derramamiento de sangre, la amenaza del actual gobierno de Guatemala controlado por los comunistas; Instalar y mantener, de manera encubierta, un gobierno pro estadounidense en Guatemala” (Office of the Historian – United States Department of State, 2018, pág.).

El plan nació en el Departamento de Estado estadounidense y se apoyó en la CIA como brazo operativo, su ejecución inició en enero de 1954.  Las élites guatemaltecas lo recibieron con complacencia y fueron fundamentales para su éxito.

Por lo tanto, no es descabellado lo que plantea Giammattei al decir que los Estados Unidos lo quiere derrocar, sin embargo, bien sabe que en los tiempos que corren y desde la contraofensiva posterior a la salida de Otto Pérez y Baldetti, las élites, en su mayoría, son ahora reacias a la tutela del país del norte.  Existe una doble moral en el plañir del Presidente, los gringos son buenos si nos dejan esquilmar el país, si lo hacen, el sedimento de la derecha recalcitrante que viene destruyendo Guatemala desde la contrarrevolución, será su aliado en la imaginaria lucha contra el comunismo.  La cuestión es que Estados Unidos sabe que ahora las amenazas para ellos son el narcotráfico, la migración y el crimen organizado que se desarrolla con impunidad en el triángulo norte, del cual, los gobiernos han llegado ser el eje fundamental.

Esto por supuesto tiene como consecuencias la violencia, la corrupción y el subdesarrollo, una perfecta pescadilla que se come la cola y mantiene al país en condiciones de pobreza ideales para la mano de obra barata, los monocultivos y un modelo político gubernamental donde la ausencia del Estado es una estrategia.  Así que la inversión en desarrollo, seguridad, y “democracia”, son para hacer viable el país, sin ella, se entraría en una crisis terrible, y entonces sí que se exacerbarían las condiciones para “derrocar al gobierno”.  Así que quizás lo mejor sea que la paranoia del Presidente siga su curso, expulse a la USAID y la derecha siga con su plan cavernario, que sigan cavando su propia tumba pues.

Lo obrado reeligiendo a la Fiscal General del Ministerio Público, la alianza conservadora y corrupta, la criminalización de la lucha por los derechos humanos y sus operadores, la persecución de operadores de justicia, la retoma de los hiperconservadores del Estado, es en realidad el problema ciudadano Presidente, no la inclusión de los pueblos en los asuntos que les afectan.  Desde los Estados Unidos se apoyará lo que les convenga, no sea ni seamos hipócritas, asé ha sido y así seguirá siendo.  Que se use el tema del “indigenismo” como bandera de lucha, no solo es de corte racista, sino que desvela su falta de escrúpulos Presidente, habla de unidad y genera división y odio con tal de conseguir sus fines

Falta poco para el desenlace, ya veremos qué pasa y si al final los resultados electorales del próximo año logran calmar las aguas o son la gota que derramará el vaso.  Más allá de lo anterior, hay que generar conciencia plena de la situación del país, de la necesidad de tener un Estado real y hacernos cargo de nuestros problemas de manera seria.  No será el gobierno gringo ni una de sus agencias los que le darán la vuelta a la tortilla en el país.

Artículo anteriorPérdidas irreparables
Artículo siguienteGobernando con el hígado en busca de impunidad