Por REDACCIÓN LA HORA
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La empresa Conasa, que construyó una parte del Libramiento de Chimaltenango, indica que desde el 21 de octubre se ha estado trabajando en la inclinación de los taludes, en el kilómetro 61 de dicho tramo carretero.
Conasa fue la empresa encargada de la construcción de 11 kilómetros y 700 metros de los 14 kilómetros y 76 metros de carretera en el Libramiento. El tramo comprendido entre el kilómetro 58 y el kilómetro 62 fue construido entre diciembre de 2018 y marzo de 2019.
“A partir del 21 de octubre se han venido realizando los trabajos de abatimiento de los taludes en esa zona, que es en la que se ha presentado cantidades de agua que sólo se han manifestado en época de lluvia” indicó Conasa en un comunicado de prensa.
Mientras se llevan a cabo los trabajos en el kilómetro 61 y por seguridad de los usuarios, durante la noche se está retirando la cantidad de tierra necesaria para ampliar la inclinación de los taludes, indican.
También se informó que los horarios de restricción total del paso han debido incrementarse en una hora, para poder realizar los trabajos de abatimiento del talud de manera más rápida y segura. Concluidos los trabajos realizados en ese kilómetro, la totalidad del libramiento podrá utilizarse las 24 horas, señalaron.
Según Conasa, esta construcción se hizo en un período seco y no se apreció que pudieran presentarse situaciones como el derrumbe que se produjo el 29 de septiembre de 2019 en el kilómetro 61, cerca de la entrada al municipio de Zaragoza.
El derrumbe afectó un área aproximada de 80 metros del carril que va de occidente a la ciudad de Guatemala, y debió cerrarse ambos sentidos de la ruta hasta Parramos para la seguridad de los usuarios, comunican.
“A partir del 1 de octubre se volvió abrir el trayecto completo del Libramiento, en el horario comprendido entre las 6 de la mañana y las 5 de la tarde. En un área de cerca de 600 metros, los conductores deben usar un carril provisional que garantiza la seguridad del paso de los usuarios”, añaden.
Además informan que entre el 1 y el 20 de octubre de 2019, el Estado realizó los trámites necesarios para adquirir una nueva franja de terreno de alrededor de 120 metros por 60 metros, y abatir el talud en la zona del derrumbe.
