Por Ana Victoria Santizo (Petunia)
Esquisses

Hay una variedad de sentimientos que experimentamos durante nuestra vida, algunos buenos y otros malos.

Uno de los sentimientos con los que tengo conflicto es la satisfacción, pero la satisfacción por el fracaso ajeno.

Pensé que era un sentir que no superaba más que el pensamiento, pero últimamente me he topado con situaciones que me ponen muy triste.

He conocido y trabajado con chicas muy talentosas, que tratan de mejorar sus técnicas, practicar y darse un lugar dentro del mundo del graffiti, lamentablemente, al parecer su trabajo no es respetado por ciertas personas y con actos de odio tratan de hacerles entender que ese mundo no está hecho para ellas.

Yo no estoy ni del lado de las mujeres, ni de los hombres, estoy del lado de la gente buena que trata de seguir adelante cada día para ser mejores personas.

Estos hechos lamentables no solo ocurren en el mundo del grafiti, esto pasa en TODO: en el trabajo, en la familia, entre amigos, novios, tristemente al parecer la idea de que otra persona progrese es demasiado aterradora para nosotros.

¿Es falta de confianza en uno mismo?, ¿me comparo con los demás?, está bien que piense que debo mejorar, pero ¿el otro debe estar a mi nivel o abajo?

¿Por qué es tan difícil apoyarse entre sí?, ¿gano yo algo haciendo o deseando al otro mal?, ¿Me hace esto mejor que el otro?, realmente no entiendo porque el ser humano trata de buscar problemas donde no los hay.

Somos seres vivos muy complicados.

Nuestra única comparación valida, somos nosotros mismos, todos somos distintos, y aunque tengamos las mismas habilidades el resultado va a ser diferente, en el mundo hay lugar para todos.

Como dice Jesús, Buda, Krishna, John Lennon, Marco Antonio Solís o su guía espiritual de preferencia por favor: amémonos los unos a los otros.

¡Seamos felices!

Artículo anterior«Refugiado inflable» llega a Copenhague
Artículo siguienteCelebran Consagración de la Virgen del Manchen