Un total de 13 expresidentes del Colegio Estomatológico de Guatemala (CEG) sintetizaron sus preocupaciones en torno a la coyuntura que afecta a la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac). En particular por el impacto en la Facultad de Odontología en donde fueron formados, así como en la pérdida de la autonomía de la única casa de estudios superiores pública.
Transcurrido más de mes desde que Walter Mazariegos se impuso como rector en la Tricentenaria Universidad de San Carlos derivado de un proceso “fraudulento y excluyente”, los exdirigentes gremiales plantearon dos necesidades principales: crear una mesa de diálogo con la participación de todos los sectores universitarios, y con base en ello repetir las elecciones para rector periodo 2022-2026.
Esta postura fue ampliada a La Hora en entrevista brindada por los expresidentes del CEG Rafael Mejicano (1984-1985) y Ernesto Villagrán (2016-2018).
AUTONOMÍA ES LA MAYOR PÉRDIDA
En criterio de Villagrán, quien también es catedrático en la Facultad de Odontología, uno de los principios básicos que sustentan el quehacer de la San Carlos es su autonomía. Lo anterior implica que la comunidad universitaria tenga la posibilidad de elegir a sus autoridades de manera democrática, lo cual no sucedió en este proceso.
El CEG fue uno de los siete cuerpos electorales no inscritos para participar en la elección por decisión del Consejo Superior Universitario, cuya mayoría de sus integrantes son controlados por Mazariegos.
Pero la preocupación de los egresados se extiende hasta las manifestaciones de violencia que se han registrado en los últimos días, incluido el intento fallido de desalojar a los estudiantes que ocupan el campus de la zona 12 capitalina.
“Estamos muy preocupados por la autonomía universitaria porque en una situación como esta ya vemos brotes de violencia. En algún momento podría haber un daño a la autonomía universitaria”, dijeron.
A FALTA DE REPRESENTACIÓN, MAYOR ORGANIZACIÓN
El gremio y la Facultad de Odontología cuenta con cuatro sillas en el CSU, las que están divididas así:
b) Kenneth Roderico Pineda Palacios, decano de la Facultad de Odontología;
c) Luis Alberto Barillas Vásquez, docente de la Facultad de Odontología; y
d) Willy Rolando Barrientos Sancé, estudiante de la Facultad de Odontología.
Según los expresidentes, los primeros dos se mantienen como firmes aliados al rector de facto. Ello fue evidenciado en la primera vista pública de la facultad, convocada por los estudiantes de esa unidad académica.
Desde el auditorio el estudiantado presionó para que los cuatro representantes se comprometieran a apoyar la solicitud de repetir las elecciones y declararlas fraudulentas. Solo los representantes de los profesores y del sector estudiantil suscribieron el documento.
“Desde esa vista pública nos sensibilizamos una gran parte de los profesores y del personal, tanto que nos empezamos a organizar a lo interno cada sector y finalmente construimos lo que llamamos el Frente Facultativo de Odontología -el cual está integrado por más de mil personas-”, recordaron los profesionales.
DIÁLOGO DEBE SER PROPICIADO POR PERSONAS PERTINENTES
La apuesta principal de los expresidentes para resolver la problemática es el diálogo intersectorial, pero el CSU impulsó una comisión de diálogo, encabezada por individuos afines a la actual administración y otros que apoyaron el fraude electoral.
Villagrán coincide en que esta comisión no es adecuada para dirigir el diálogo. Incluso consideró esta integración contradictoria, pues el Director de Administración de la Usac, Luis Pedro Ortiz, quien coordina la comisión, participó en el intento de desalojo de la resistencia estudiantil el pasado 4 de agosto.
“Pedimos un diálogo, pero un diálogo con personas no nombradas a dedo ni que favorezcan a alguna de las líneas que hay en este momento, sino personas neutrales que puedan encontrar a través de un diálogo la solución a este problema”, urgieron.
De acuerdo con los expresidentes, este diálogo podría propiciar una eventual repetición de las elecciones y, hasta cierto punto, ser la primera vía para recuperar el prestigio de la única universidad pública del país.
“Pareciera que la misma universidad no puede resolver su problema y nosotros vemos que esta falta de normalización de funciones dentro de la universidad está dañando severamente a los estudiantes, a los profesores, a los empleados de la universidad y a la población”, señalaron.
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— Diario La Hora (@lahoragt) August 14, 2022