Diariamente, cientos de migrantes centroamericanos (incluidos niños) son detenidos por agentes de la CBP, en su intento por llegar a suelo estadounidense. Foto: CBP

236 niños, niñas y adolescentes que migraron en 2020 fueron entrevistados por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia en Guatemala (Unicef, por sus siglas en inglés), junto con la Pastoral de Movilidad Humana. Los resultados revelan que la niñez guatemalteca elige la migración como una vía para obtener oportunidades de vida favorables, las cuales no son accesibles en su país de origen.

Luego de las entrevistas se logró identificar cuatro razones por las que los niños, niñas y adolescentes deciden migrar: falta de oportunidades laborales, hechos de violencia, desastres naturales y reunificación familiar.

FALTA DE OPORTUNIDADES LABORALES

El 77.5% de los menores respondió que su principal razón para migrar en 2020 fue la carencia de oportunidades laborales en Guatemala. Según los datos, 206 individuos entre los 12 y 17 años dieron esta respuesta, al igual que otras 4 personas menores de los 11 años.

Otto Rivera, secretario ejecutivo del Observatorio de los Derechos de la Niñez (Ciprodeni) expresó que los datos de migración en niñez y adolescencia deben ser contextualizados en el tiempo de pandemia. Aunque la movilidad humana haya sido desde la última década un fenómeno social recurrente, la crisis sanitaria agravó el estado de los niños, niñas y adolescentes más vulnerables.

El secretario refirió que en junio de 2020 la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (Cepal) proyectó que, si la pandemia hubiera terminado a mediados del año pasado, probablemente a finales del año 300,000 niños, niñas y adolescentes de Latinoamérica habrían abandonado su vida anterior a la pandemia para insertarse a la fuerza laboral infantil.

Del mismo modo, Ciprodeni estimó que para este año se está trabajando en una estimación sobre los jóvenes que se vieron obligados a buscar un empleo como consecuencia de la pandemia. “La pandemia sigue, no se va. Cerramos el año haciendo un ejercicio de proyección y encontramos que en promedio un millón de niños, niñas y adolescentes de América Latina se habrían insertado en la dinámica de trabajo infantil producto de la pandemia”, indicó.

 

Rivera agregó que recientemente conversó con jóvenes de Quiché, quienes declararon que no podrían continuar con sus estudios superiores este año, esto debido a que la principal fuente de ingresos, padre o madre, no encontraban un empleo.

“Le sumo las declaraciones de unos jóvenes graduandos de Quiché; esta semana dijeron que definitivamente no pueden continuar sus estudios universitarios porque sus padres no tienen trabajo y ellos no tienen una opción laboral frente a sí mismos”, recordó.

Lo anterior indica que no siempre la falta de oportunidad laboral es buscada por los jóvenes como una razón personal, sino una obligación que recae en ellos o ellas al no contar con otra fuente de sustento familiar.

“La propia CEPAL nos dice que el impacto macroeconómico de la pandemia ha sido bastante, la pérdida de millones de empleos, pero muchas personas pasaron de condiciones de pobreza a pobreza extrema”, agregó.

 

SIN PROTECCIÓN DE UN ADULTO, LA NIÑEZ DEBE SOBREVIVIR POR CUENTA PROPIA

Otra explicación de por qué la niñez guatemalteca migra hacia otros países para conseguir empleo es la falta de un tutor. Rivera citó un estudio del Imperial College de Londres en el cual se tomó en cuenta a 161 países para un estudio sobre orfandad como consecuencia del COVID-19. Del total de países estudiados Guatemala ocupó el puesto 19 y el primero en la región centroamericana.

El estudio estimó que 10,556 niños, niñas y adolescentes perdieron a su padre, madre o tutor durante la pandemia. Aunque el estudio especifica que en algunos casos el menor de edad quedaría bajo el cargo de un abuelo o abuela, son perfiles susceptibles al COVID-19 y fallecer por causas asociadas. Al no contar con la protección de un adulto, los jóvenes se ven en la necesidad de buscar el sustento económico por cuenta propia, ya sea en Guatemala o el extranjero.

Para Otto Rivera un aporte significativo para estudiar la migración infantil sería la tasa de deserción escolar; sin embargo, el Gobierno de Guatemala no cuenta con los datos necesarios ni estadísticas certeras. “No tenemos tasas de abandono escolar, pero, contamos con muchos testimonios de personas cuyos hijos e hijas no pudieron continuar con sus estudios”, contó.

 

OTRAS RAZONES PARA MIGRAR

La segunda razón más frecuente en la migración de los 236 encuestados fue huir de los hechos de violencia en Guatemala. 27 jóvenes entre los 12 y 17 años señalaron esta razón. Entre las distintas manifestaciones de violencia descritas por los entrevistados están:

– Violencia de pandilla;
– Persecución de distinta índole;
– Violencia sexual;
– Violencia en el hogar;
– Violencia de género e identidad sexual

18 jóvenes explicaron que su razón de migrar fue los desastres naturales en su comunidad y otros 11 indicaron que emprendieron el viaje migratorio para reunirse con sus familiares en el extranjero.

EL PERFIL DE LA NIÑEZ MIGRANTE GUATEMALTECA

8,918 niños, niñas y adolescentes de Guatemala fueron retornados en lo que va del 2021, según confirmó el Instituto Guatemalteco de Migración (IGM). Aunque el año aún no ha concluido, la cifra de menores retornados hasta ahora es 30.5% mayor a la del 2020 (6,834).

 

Según la fuente, 2,320 niños y niñas fueron retornados desde Estados Unidos entre enero y el 9 de noviembre de 2021. La mayoría de jóvenes retornados fueron identificados del sexo masculino (1,194), de los cuales 51 no iban acompañados. Por otro lado, 1,126 menores fueron del sexo femenino (1,104), siendo 22 niñas no acompañadas.

Desde México han sido retornados 6,122 vía terrestre, de ellos, el 73.22% (4,483) fueron menores no acompañados.

La Red de Protección y Monitoreo de la Pastoral de Movilidad Humana atendió a 1,867 niños, niñas y adolescentes en el 2020, de estos, 807 fueron niñas, 1,057 niños y 3 de la diversidad sexual. Dicho de otro modo, el 43.2% fueron mujeres; el 56.2% hombres; y un 0.2% se identificó con otro género.

Los datos de la pastoral en conjunto con Unicef reflejan que hay una presencia levemente mayor de niños, niñas y adolescentes en flujos normales de migración que en caravanas. 5,737 niños migraron en flujo normal, mientras que 520 en caravanas; 430 niñas viajaron en flujos normales y 377 en caravanas de migrantes.

Jeanelly Vásquez
Periodista profesional de la USAC, actualmente cursando la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación. Becaria en International Women’s Media Foundation (IWMF). Elabora piezas de investigación y profundidad, enfocadas en el gasto público, derechos humanos y la política guatemalteca. Tiene experiencia en producción de podcast y contenido en redes sociales; ha cubierto la fuente volante y el Organismo Ejecutivo. Twitter: @jeanellydvg
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