Parientes lloran a la llegada de los restos del niño Pascual Melvin Guachiac Sipac a su poblado natal de Tzucubal, Guatemala. Foto La Hora/Oliver de Ros/AP

POR SONIA PÉREZ D./AP

El cuerpo del niño guatemalteco Pascual Melvin Guachiac Sipac, uno de los 53 migrantes que murieron asfixiados en San Antonio tras viajar en un tráiler sin aire y a altas temperaturas, llegó a su comunidad este viernes tras ser repatriado.

Familiares, amigos y vecinos empezaron los funerales del menor de 13 años, el primero en ser repatriado de 21 guatemaltecos fallecidos en la tragedia de Texas, la peor vinculada al tráfico de migrantes en Estados Unidos.

En una pequeña caravana de vehículos, algunos de ellos adornados con globos negros, el féretro gris con el cuerpo de Pascual Melvin llegó a su comunidad, donde amigos y vecinos lloraron al verlo. Había salido de su hogar en busca de emigrar al país norteamericano.

Al llegar a la comunidad de Tzucubal, en el municipio de Nahualá del departamento de Sololá y a unos 150 kilómetros de la capital guatemalteca, el menor recibió honores de autoridades locales en la escuela rural mixta de la localidad, adornada con globos blancos y moños negros, donde miles de personas acompañaron a su familia en un último adiós.

En la tragedia también murieron 26 mexicanos y seis hondureños. Los restos de todos los mexicanos cuyas familias pidieron la repatriación —25 en total— ya están en México, luego de que los últimos dos cuerpos arribaron el jueves. La repatriación de los hondureños todavía está pendiente, pero se espera en breve

Casimiro Guachiac, papá de Pascual Melvin, dijo a la AP que perder a su hijo ha sido muy doloroso.

 

«Nada más tengo dos hijos y él era mi primer hijo. No pensamos en esto. Ahorita lo venimos a recibir en una caja, así muerto; es muy doloroso para mí. Sé que Dios tiene un plan de por qué me quitó a mi hijo así», expresó.

El padre recordó que le dio estudios básicos a su hijo, pero el menor le dijo que no gastara su dinero, que él se iba a hacer su vida.

«Mejor me voy a estudiar allá», recuerda que le dijo.

Rescatistas cargan el féretro con los restos del niño Pascual Melvin Guachiac Sipac a su llegada a Tzucubal. El menor estaba en un grupo de migrantes que fallecieron asfixiados en un tráiler en las afueras de San Antonio, Texas. Foto La Hora/Oliver de Ros/AP

Guachiac Sipac era un niño indígena quiché que hablaba poco español, y que junto a su mejor amigo y primo Wilmer Tulul, de su misma edad y que murió junto con él, jugaban fútbol. Ambos planearon emigrar juntos a Estados Unidos en busca de una mejor vida para ellos y sus familias.

Los primos, originarios de esta comunidad indígena que vive de la agricultura, intentaban llegar a Houston para estudiar y buscar trabajo, huyendo de la pobreza.

 

El 27 de junio las autoridades estadounidenses fueron alertadas del hallazgo de un tráiler estacionado en una carretera de tierra en San Antonio que tenía personas fallecidas en su interior. En el lugar fueron localizados 46 migrantes muertos, mientras que otros siete fallecieron en hospitales de la zona.

El camión transportaba un total de 73 personas, hombres y mujeres de bajos ingresos que pagaron miles de dólares a traficantes para ingresar ilegalmente en Estados Unidos, donde aspiraban a una vida mejor. Hasta el momento, las autoridades estadounidenses han reportado la detención de cuatro personas: el chofer, de nacionalidad estadounidense, y otros tres hombres.

El cuerpo del menor de edad arribó este viernes desde Estados Unidos. Foto La Hora/Oliver de Ros/AP
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