guatemaltecos están convocados el domingo para avalar o descartar en las urnas las operaciones de una mina de oro y plata de capital canadiense. Foto La Hora/AFP

Unos 29.000 guatemaltecos están convocados el domingo para avalar o descartar en las urnas las operaciones de una mina de oro y plata de capital canadiense, rechazada por ambitalistas por la supuesta contaminación de mantos acuíferos.

Los 30 centros de votación abrirán a las 07H00 locales y cerrarán diez horas después en el oriental municipio de Asunción Mita, un publado del departamento de Jutiapa, fronterizo con el salvadoreño Santa Ana.

La consulta comunitaria fue convocada por la municipalidad de Asunción Mita, quien se encargará de todo el proceso y regirá el padrón electoral del Tribunal Supremo Electoral, según la comuna local.

 

El proyecto minero Cerro Blanco es propiedad del grupo canadiense Bluestone Resources, firma que en 2017 compró a su par Goldcorp el proyecto por 18 millones de dólares en efectivo, así como acciones valuadas en cerca de 9,9% del capital de Bluestone.

Miembros de la iglesia católica local y organizaciones ambientales son los férreos opositores al proyecto minero por considerar que contaminará los afluentes de agua y los bosques.

En tanto, un grupo de ambientalistas salvadoreños observarán el proceso y expresaron su rechazo por la eventual contaminación de la laguna del Güija y el río Lempa, la principal fuente de agua que abastece San Salvador, le capital de ese país centroamericano..

El río Lempa nace en Guatemala y en sus márgenes por El Salvador también sirve a miles de campesinos que lo utilizan en sus actividades agrícolas o ganaderas.

La activista, Judith Barrera, del movimiento político Rebelión Verde (Reverde) de El Salvador, comentó a la AFP que se oponen por ser «los principales afectados, estamos diciendo que este proyecto de muerte se ubica a solo 14 kilómetros de El Salvador».

Aunque reconoció que esos mantos de agua están contaminados, la polució crecerá por la extracción, en la que utilizarán cianuro para separar los metales preciosos.

 

«También estamos aquí porque en mi país no se están tomando las cartas en este asunto, estamos hablando de un rotundo silencio del Estado Salvadoreño ante esta afectación», lamentó.

El supervisor ambiental de la mina, Fredy García, descartó a la AFP esa versión pues la empresa cuenta con plantas de tratamiento para eliminar esos residuos antes de descargar el líquido al rio Ostúa, que se une al Lempa.

La mina no ha iniciado actividades extractivas debido al cambio de extracción subterránea por una de cielo abierto.

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