En conferencia de prensa, las autoridades del Banco de Guatemala, Mineco y SAT anuncian los resultados país de la calificadora de riesgo Fitch Ratings. Foto: La Hora / José Orozco

Fitch Ratings elevó la calificación de riesgo crediticio de Guatemala a “BB” con perspectiva
“estable”. La calificación anterior era “BB” con perspectiva “positiva”. La mejora refleja la fuerte recuperación fiscal y económica del país. Sin embargo, la agencia indicó que las calificaciones “siguen limitadas por puntajes de gobernanza excepcionalmente débiles”.

Según el informe de Fitch, la recuperación del PIB real postpandemia fue una de las más rápidas de América Latina; además, los déficits fiscales y la deuda siguen siendo los más bajos en la categoría “BB” y se han beneficiado de una mejor recaudación de impuestos. Con esta nueva calificación Guatemala regresa a sus niveles previos a la pandemia.

La agencia también indicó que el sólido desempeño macroeconómico fue impulsado por el aumento de las entradas de remesas, así como solidez en el crédito y las exportaciones.

Por el lado sociopolítico, se lee que los puntajes de gobernanza “excepcionalmente débiles” se han deteriorado aún más en los últimos años, así como los bajos indicadores de desarrollo humano.

Además, destacó que el país tiene una clasificación baja en los Indicadores de Gobernanza del Banco Mundial (WBGI), lo que simboliza “capacidad institucional débil” y “un alto nivel de corrupción”.

¿QUÉ SIGNIFICA PARA EL PAÍS?

El riesgo país mide la probabilidad de incumplimiento de las obligaciones (deudas) de un país, cuando mayor sea el riesgo, peor será la calificación. Esta evaluación es esencial para la atracción de Inversión Extranjera Directa o el acceso a financiamiento internacional, ambas importantes para la productividad y generación de empleo.

De acuerdo con Álvaro González Ricci, presidente del Banco de Guatemala (Banguat), esta calificación refleja un “momento histórico” de cómo el país ha mejorado su riesgo país por segundo año consecutivo, ante un entorno mundial bastante complejo.

Álvaro González Ricci, presidente del Banco de Guatemala (Banguat). Foto La Hora José Orozco

“La mejora del riesgo país directamente abonará en la perspectiva internacional y en el interés de los inversionistas”, comentó Janio Rosales, ministro de Economía.

INTERFERENCIA EN EL COMBATE A LA CORRUPCIÓN

“La administración ha sido capaz de superar el estancamiento del Congreso para aprobar reformas y presupuestos; sin embargo, esto podría seguir siendo un desafío para el próximo gobierno después de las elecciones de 2023, dado un panorama político muy fragmentado”, se lee en el informe.

De esa cuenta, Fitch destacó que un “panorama político fragmentado” presagia elecciones generales “altamente competitivas e inciertas”.

En opinión de la agencia, es probable que el historial de política fiscal conservadora y un Banco Central independiente “impidan desviaciones importantes de la política”. Sin embargo, dada la fragmentación de esta, las perspectivas de nuevas reformas no están claras.

 

Los puntajes de gobernabilidad de Guatemala cayeron del percentil 31 en 2010 al 26 en 2022, principalmente, debido al “deterioro en el control de la corrupción y el Estado de Derecho”.

Según la agencia, lo anterior se refleja en la interferencia de la administración actual y en el progreso judicial relacionado con la corrupción, “que implicó la disolución del organismo anticorrupción CIGIG respaldado por la ONU en 2019 y las recientes destituciones de figuras independientes”.

DÉBIL CAPACIDAD INSTITUCIONAL Y ALTA CORRUPCIÓN

Además, se indica que Guatemala tiene un puntaje de “5” tanto para Estabilidad y Derechos Políticos como para Estado de Derecho, Calidad Institucional y Regulatoria y Control de la Corrupción.

Dichos puntajes reflejan que el país tiene una clasificación baja en los Indicadores de Gobernanza del Banco Mundial (WBGI), lo que simboliza “derechos relativamente débiles para participar en el proceso político, capacidad institucional débil, aplicación desigual del Estado de Derecho y un alto nivel de corrupción”.

RESILIENCIA MACROECONÓMICA

Por el lado macroeconómico, la Fitch resaltó la “resiliencia”, en ese sentido, estima que el PIB creció 4.0% en 2022 luego de una fuerte recuperación de 8.0% en 2021 y una pequeña contracción de 1.8% en 2020.

Lo anterior, representa una de las “recuperaciones más sólidas entre calificadores y pares regionales”, misma que se ha logrado sin apoyo de políticas a gran escala.

El ingreso de remesas, la solidez del crédito y las exportaciones motivaron el desempeño económico. Si bien Fitch ve que estos factores impulsarán el dinamismo de este año espera que la actividad se contraiga modestamente a 3.3% debido a una desaceleración en el crecimiento global.

ESCENARIOS CLAVE

Parte de los escenarios clave que incidieron en la calificación de riesgo son:

 

1. Liquidez externa sólida: Las Reservas Monetarias Internacionales han aumentado en los últimos años a pesar de una modesta disminución en 2022 y representan 6.4 meses de pagos externos actuales, por encima de la mediana “BB” de 4.5.

Esto se ha logrado sin un endeudamiento externo soberano importante, elevando la posición de activos extranjeros netos soberanos hasta el 10% del PIB, que es una de las más altas entre los pares “BB” y de América Latina.

Déficits fiscales bajos: El déficit fiscal del gobierno central se debilitó levemente del 1.2% del PIB en 2021 al 1.7% en 2022, ya que la mejora de los ingresos se vio contrarrestada por un aumento del gasto público debido a las medidas para abordar las presiones del costo de vida, como los subsidios.

Mejora fiscal: los ingresos en esta área siguen siendo bajos, pero aumentaron notablemente del 10.5% del PIB en 2019 al 12.1% en 2022, reflejando mejoras administrativas tomadas por la agencia tributaria (SAT).

La deuda local cubre las bajas necesidades de financiamiento: En 2022, las bajas necesidades de financiamiento del país fueron cubiertas por fuentes internas, en contraste con la mayoría de los países calificados que dependieron más de deuda externa.

COMPORTAMIENTO INFLACIONARIO

Impulsada por los precios del combustible y los alimentos, la inflación interanual aumentó al 9.7% en enero de 2023 en comparación con el 2.9% de enero de 2022.

El Banguat respondió elevando su tasa de política en 250 puntos básicos a 4.25% desde principios de 2022. Para la agencia, esto representa una postura de política monetaria acomodaticia en contraste con la mayoría de sus pares regionales.

EXPECTATIVAS PARA 2023

A mediano plazo, Fitch espera que el crecimiento converja a su potencial de 3.5%, que se compara favorablemente con sus pares regionales, pero es mediocre en el contexto de un alto crecimiento de la población.

De acuerdo con la calificadora, las perspectivas de crecimiento de Guatemala siguen restringidas por cuellos de botella de infraestructura y capital humano de larga data, pero enfrentan algunas ventajas de la tendencia mundial como la «localización cercana» o «nearshoring” por su posición geográfica.

Por otra parte, Fitch proyecta que la inflación comience a moderarse a mediados de 2023 y alcance el 5.5% a fines de año, ya que el componente importado que influye en el precio de los bienes y servicios cae en medio del endurecimiento de las condiciones financieras y la desaceleración del crecimiento mundial.

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