Una mujer sostiene una pancarta para oponerse a nuevos confinamientos por la pandemia del COVID-19, en Buenos Aires, Argentina. Foto La Hora/AP/Natacha Pisarenko.

BUENOS AIRES
Agencia AP

El presidente argentino, Alberto Fernández, defendió hoy el reforzamiento de las restricciones a la circulación para atajar el rebrote de coronavirus, que ha generado manifestaciones de protesta, y anunció subsidios para sectores empobrecidos y otros que serían afectados por las medidas.

Fernández dijo a Radio 10 que los subsidios serán destinados a personas que ya reciben asignaciones por sus bajos ingresos y trabajadores autónomos que residen en Buenos Aires y unas 40 populosas localidades de alrededor para compensar a aquellos que, a causa de la restricción de las actividades, se vean perjudicados económicamente.

Acotó que seguirán los programas de Recuperación Productiva que consisten en ayudas económicas para locales gastronómicos, «cuya actividad se verá restringida», así como para «las casas de fiestas, los shoppings» que sufrirían una contracción en la facturación.

La pandemia que comenzó a impactar a Argentina en marzo de 2020 infectando hasta ahora a 2.5 millones de personas y causando la muerte de más de 57,000 ha agudizado la crisis e incrementado la pobreza, que alcanza al 42% de la población.

Entre las medidas anunciadas por Fernández el miércoles por la noche está la ampliación durante dos semanas del toque de queda nocturno y del horario de cierre de locales gastronómicos y comerciales, la suspensión de las clases presenciales y la cancelación de las actividades sociales y culturales en espacios cerrados en la capital y su cinturón urbano, donde el aumento de casos de COVID-19 es más patente.

Las restricciones, que comenzarán a regir el viernes -a excepción de la suspensión de clases presenciales en los tres niveles, que entrará en vigor el lunes próximo-, buscan aliviar la tensión hospitalaria, especialmente en las terapias intensivas.

Una vez que el mandatario hizo el anuncio, se escucharon cacerolazos de protestas en varios barrios de la capital y decenas de personas se congregaron en los alrededores de la residencia presidencial para manifestar su malestar, en particular con la decisión referida a la educación presencial.

Fernández dijo que esa medida la tomó sin consensuarla previamente, ni siquiera con sus propios funcionarios.

«Tuve discusiones dentro de mi equipo. Mi ministro de Educación (Nicolás Trotta) insistía con las clases presenciales, pero no son las clases presenciales solamente: hay que ir a un colegio primario y ver el horario de salida: madres que se agolpan, donde el contagio puede hacerse más fácil, chicos que juegan cambiándose los barbijos», señaló.

Tampoco la discutió con el opositor Horacio Rodríguez Larreta, alcalde de Buenos Aires, quien está por verse si lo acatará.

Las escuelas estuvieron cerradas en gran parte del 2020 y habían abierto sus puertas en febrero con fuertes protocolos de sanidad.

Fernández subrayó que se «hace cargo» de las medidas impopulares y que las fuerzas de seguridad federales asegurarán su cumplimiento.

También dijo que no ha declarado «el estado de sitio ni lo pienso hacer, ni las fuerzas armadas están para hacer seguridad interior, sino para actuar en catástrofes brindando apoyo a la gente». Con esto rechazó así un tuit del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien afirmó sobre los anuncios: «el Ejército argentino en las calles para mantener a la gente en las casas».

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