BEIRUT, Líbano
AP

Uno de los principales grupos de la oposición en la guerra de Siria dijo hoy que solo asistirá a las inminentes conversaciones de paz de Ginebra, en Suiza, si se levantan los asedios en el país y se cumplen otras condiciones, arrojando más incertidumbre al diálogo que está previsto comience en dos días.

Las expectativas son ya bajas de cara a lograr cualquier tipo de avance durante unas conversaciones que fueron descritas por el enviado de Naciones Unidas, Staffan de Mistura, como el inicio de un proceso de consultas a largo plazo entre varias partes del conflicto, más que negociaciones de paz reales entre los bandos enfrentados.

El diálogo iniciará un proceso político para poner final al conflicto que comenzó en 2011 como un levantamiento principalmente pacífico contra el poder del presidente Bashar Assad, pero mutó en una guerra tras una dura represión. El plan incluye treguas en paralelo a las conversaciones, una nueva Constitución y elecciones en el plazo de año y medio.

Por el momento se han producido tensiones sobre quien estará invitado a la mesa de diálogo, y la oposición ha pedido medidas para fomentar la confianza en el gobierno en asuntos humanitarios.

El Alto Comité de Negociaciones se refirió a la «necesidad de realizar mejoras reales sobre el terreno antes de iniciar el proceso de negociación», dijo un comunicado publicado a última hora de anoche tras una larga jornada de reuniones en Arabia Saudita.

El comité, que cuenta con apoyo saudita, está presidido por Riyad Hijab, un antiguo primer ministro sirio que desertó a la oposición en 2012. Representa a una coalición en la que está integrada el principal partido político de la oposición, la Coalición Nacional Siria, y muchas de las facciones rebeldes más destacadas que combaten en Siria.

Aunque el grupo dejó abierta la posibilidad de participar en las conversaciones, que se prevé comiencen el viernes, dice que espera una respuesta del jefe de Naciones Unidas ante sus condiciones.

La oposición acusa a Rusia, aliado clave del gobierno sirio, de intentar «dictar» qué miembros de la oposición deberían participar.

Moscú insiste en la participación del principal grupo kurdo sirio —Partido Unión Democrática, PYD (por sus siglas en ingles)— que juega un papel importante en la lucha contra la milicia radical Estado Islámico y es parte esencial del cualquier acuerdo político en Siria.

Turquía, un apoyo importante para los rebeldes sirios, considera que el PYD y su milicia YPG son ramas del Partido de los Trabajadores del Kurdistán, conocido también como PKK, que lleva años enfrentándose con Ankara. Turquía amenazó con boicotear las conversaciones si el PYD está representado en ellas.

El grupo de Riad debería ser el principal negociador para los rebeldes, agregó.

El grupo de Riad es una amplia coalición en la que están varios grupos armados islámicos, como el poderoso Jaish al-Islam y el ultraconservador Ahrar al-Sham, a los que los gobiernos de Moscú y Damasco consideran terroristas. Sin embargo no incluye al grupo extremista Estado Islámico ni al Frente Nusra, dos milicias radicales que controlan grandes partes de Siria y no estarán en Ginebra.

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