El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, saluda a la prensa al llegar a Downing Street para reunirse con el primer ministro de Gran Bretaña Rishi Sunak, en Londres. Foto La Hora/AP

Después de asistir a la coronación del rey Carlos III en Londres, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva denunció la falta de esfuerzos conjuntos para liberar al fundador de WikiLeaks Julian Assange, quien lleva cuatro años en la prisión Belmarsh de Gran Bretaña.

«Es una vergüenza que un periodista que denunció engaños de un Estado hacia otro sea arrestado, condenado a morir en prisión y no hagamos nada para liberarlo. Es una locura», dijo Lula a la prensa. «Hablamos de libertad de expresión; El hombre está en la cárcel porque denunció actos indebidos. Y la prensa no hace nada en defensa de este periodista. No puedo comprenderlo».

Lula hizo los comentarios en respuesta a una pregunta sobre Assange, quien es ciudadano australiano. Dijo que había olvidado hablar del asunto con el primer ministro del Reino Unido, Rishi Sunat, pero que le escribirá a su regreso a Brasil.

Assange ha luchado contra una extradición a Estados Unidos y Lula hizo los comentarios en un momento en que ha mostrado poca reticencia para expresar sus diferencias de opinión con Washington sobre asuntos geopolíticos, sobre todo su oposición a la provisión de armas a Ucrania para su lucha contra Rusia, y al acusar a Estados Unidos y Europa de alentar la lucha. Su postura y afirmaciones reiteradas han provocado fuertes críticas de la Casa Blanca y Europa.

 

Por su parte, Australia ha intensificado la presión diplomática contra el gobierno de Estados Unidos para que detenga su persecución de Assange. El viernes, el primer ministro australiano Anthony Albanese dijo a la Australian Broadcasting Corp. en una entrevista que «ya es suficiente. No sirve de nada su encarcelamiento actual». En noviembre, Albanese afirmó que su «postura es evidente y he dejado en claro al gobierno de Estados Unidos que este es el momento para cerrar el asunto».

Assange ha luchado durante años en las cortes británicas para evitar ser enviado a Estados Unidos, en donde enfrenta 17 cargos de espionaje y un cargo de uso indebido de una computadora que surgen de la publicación en WikiLeaks de una gran cantidad de documentos clasificados en 2010.

Los fiscales estadounidenses afirman que ayudó a la analista de inteligencia del Ejército de Estados Unidos Chelsea Manning a robar cables diplomáticos y archivos militares clasificados que WikiLeaks después publicó, poniendo vidas en riesgo. Para sus seguidores, Assange es un periodista que exhibe el secretismo y expuso los actos indebidos del ejército estadounidense en Irak y Afganistán.

«Creo que debe existir un movimiento de la prensa mundial en su defensa. No en cuanto a su persona, sino para defender el derecho a denunciar», dijo Lula a la prensa. «Este hombre no denunció nada vulgar. Denunció que un Estado espiaba a otros, y eso se convirtió en un delito contra el periodista. La prensa, que defiende la libertad de prensa, no hace nada para liberar a este ciudadano. Es triste pero cierto».

El año pasado, el padre de Assange, John Shipton, intentó convencer al presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador para que abordara el tema de la persecución de su hijo con el principal diplomático de Estados Unidos, y lograr que Albanese planteara el tema con el presidente Joe Biden en el funeral de la reina Isabel II.

 

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