Tras un comienzo vacilante, Estados Unidos ha mejorado su sistema de rastreo de nuevas variantes como la ómicron, al elevar su capacidad con decenas de miles de muestras desde principios de 2021.
Los virus mutan constantemente. Para encontrar y rastrear nuevas versiones del coronavirus, los científicos analizan la composición genética de una parte de las muestras que dan positivo.
Buscan las letras químicas del código genético del virus para hallar nuevas variantes inquietantes como la ómicron y rastrear la trasmisión de variantes conocidas como la delta.
Es una tarea global, a la cual hasta hace poco Estados Unidos contribuía muy poco. Con su testeo descoordinado y esporádico, el país secuenciaba menos del 1% de las muestras positivas a principios del año. Ahora está testeando entre el 5% y el 10% de las muestras.
“La vigilancia genómica es fuerte”, indicó Kelly Wroblewski, directora de enfermedades infecciosas en la Asociación de Laboratorios de Salud Pública.
Casi 70 laboratorios de salid pública estatales y locales contribuyen a la tarea, secuenciando entre 15.000 y 20.000 muestras por semana. Los laboratorios de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades y sus contratistas elevan el total a entre 40.000 y 80.000 semanales.
Hace nueve meses, se analizaban unas 12.000 muestras semanales.
“La situación es mucho, mucho mejor que hace un año o incluso seis meses”, aseguró Kenny Beckman, de la Universidad de Minnesota, quien elogió la asignación de dólares del gobierno federal a laboratorios públicos y privados. Beckman dirige el laboratorio de genómica de la universidad, que secuencia unas 1.000 muestras semanales de Minnesota, Arkansas y Dakota del Sur. Hace un año, el laboratorio no secuenciaba.
Utilizando la ley del presidente Joe Biden que otorga 1.700 millones de dólares para lo relacionado con el coronavirus, se ha creado una red nacional para rastrear mejor las mutaciones del coronavirus.
Con todo, una veintena de países secuencian una proporción mayor de las muestras positivas que Estados Unidos, dijo el doctor William Moss, de la Facultad de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins. La aparición de la ómicron podría “estimular a Estados Unidos a hacerlo mejor”.
“Creo que nos falta un largo camino por recorrer”, añadió Moss.