Editorial
La política criolla no para de dar sorpresas y ello, en buena medida, es porque los políticos no se preocupan del recato ni de observar elementales formas. Foto: Plaza Pública / Archivo / La Hora.

Así como sin que nadie lo pudiera anticipar el resultado electoral terminó siendo una sorpresa, ahora estamos viendo otra de igual proporción cuando los que quedaron fuera de la segunda vuelta hacen gran alianza para tratar de revertir el proceso y, sobre la base de anomalías en la elección de Alcalde capitalino, piden repetir las elecciones.

Destaca, entre ellos, el partido oficial, ese mismo cuyos dirigentes han sido señalados de haber dado dinero al Tribunal Supremo Electoral (TSE) y que ganaron muchas diputaciones y un alto número de alcaldías gracias a que el TSE se hizo de la vista gorda sobre el uso de los recursos públicos para comprar votos y acarrear votantes.

El partido de Zury Ríos, la misma candidata que el TSE inscribió obviando el texto constitucional, manda a sus abogados y representantes del partido al Ministerio Público para denunciar penalmente a los magistrados que integran la autoridad electoral, pidiendo también que se anule todo el proceso y se repita la elección en la que tuvieron tan mal resultado.

La política criolla no para de dar sorpresas y ello, en buena medida, es porque los políticos no se preocupan del recato ni de observar elementales formas. En cualquier elección hay ganadores y perdedores y cuando hay tantos partidos como los que tenemos en Guatemala obviamente tienen que ser más los perdedores. Pero ni sumando los votos de todos los perdedores pueden superar a la cantidad de gente que demostró su hartazgo con el sistema político y lo expresó absteniéndose de votar, votando nulo o votando por un candidato antisistema.

Recordemos que las críticas al Tribunal Supremo Electoral fueron resultado de sus actuaciones en acatamiento obvio de algunas instrucciones superiores para ir eliminando candidatos que podían parecer incómodos para el régimen, mientras que se hizo de la vista gorda con el comportamiento de otros. La campaña anticipada sirvió para sacar a unos, mientras otros se proclamaban jefes de jefes en burdos mítines, previos al inicio de la campaña.

Pero lo peor fue la indiferencia del TSE ante el uso de los recursos públicos luego de decretos aprobados por los diputados de la alianza oficialista para bañar en dinero a los alcaldes que se pusieran al servicio del corrupto sistema.

En este país nada se puede descartar y el escenario se abre a toda posibilidad porque la impunidad se ve en riesgo y son muchos los que necesitan preservar el status quo que se las garantiza, pero esta vez el pueblo se expresó e ignorar su sentir sería una soberana torpeza.

 

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