Lana Turner
Eran rubias platinadas, envolvían sus turgentes hombros en armiño, se embutían en unos trajes satinados que hacían más de bulto sus excesivos atributos...
A veces caprichosamente uno desea (tal vez demasiado sentimentalmente) que hombres como Nietzsche no tuviesen derecho a la muerte. No fueran humanos sino semidioses...