Arévalo reconoce al Papa Francisco como ejemplo de humildad, durante la eucaristía por su eterno descanso

Engelberth Blanco
Engelberth Blanco

El presidente Bernardo Arévalo asistió a la Catedral Metropolitana, este viernes 25 de abril, para participar en la Santa Eucaristía por el eterno descanso del Papa Francisco, a quien reconoció como un ejemplo, que tuvo una vida de servicio para los demás.

Arévalo resaltó que llegó a la Santa Misa como presidente de la República en representación de todo un pueblo que está triste por la partida de un hombre que marcó una vida de servicio hacia los demás, con humildad, decencia y entrega.

“Pero con la alegría que ha dejado un legado que ahora se convierte en un ejemplo de decencia, humildad y entrega con el que todos podemos acompañarnos para seguir adelante en esta labor”, agregó sobre el fallecido obispo de Roma.

El presidente Bernardo Arévalo se hizo presente a la Santa Eucaristía por el eterno descanso del Papa Francisco. Foto La Hora: Daniel Ramírez.
El presidente Bernardo Arévalo se hizo presente a la Santa Eucaristía por el eterno descanso del Papa Francisco. Foto La Hora: Daniel Ramírez.

A su vez, resaltó que espera que el siguiente pontífice tenga sabiduría, así como que sepa guiar a la Iglesia católica.

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EUCARISTÍA POR EL ETERNO DESCANSO DEL PAPA

Este viernes se realizó la Santa Eucaristía por el eterno descanso del Papa Francisco, oficiada por el arzobispo metropolitano, monseñor Gonzalo de Villa.

El arzobispo metropolitano, monseñor Gonzalo de Villa lideró la Santa Misa. Foto La Hora: Daniel Ramírez.
El arzobispo metropolitano, monseñor Gonzalo de Villa lideró la Santa Misa. Foto La Hora: Daniel Ramírez.

Además de Arévalo, a la homilía se hicieron presentes la vicepresidenta Karin Herrera y el alcalde de la Ciudad de Guatemala, Ricardo Quiñónez, así como estudiantes del Colegio San José de los Infantes y feligreses que despidieron al Papa Francisco.

Al finalizar la Santa Misa, los asistentes hicieron fila, ante una foto del sumo pontífice colocada cerca del altar principal de la catedral, para despedirse con mensajes y oraciones.