Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.gt
@ppmp82
Hace una semana, alertamos por medio de un trabajo de investigación que hay algo sospechoso en la adjudicación de la supervisión del Hospital de San Benito, Peten. El adjudicado cobra más que lo que cuestan otras supervisiones y surgen dudas de las capacidades de la persona individual porque la cantidad de contratos que le otorga el Estado son grandes.
Luego fue el tema de las medicinas en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS). Personas que a lo largo de estos años han tenido relación directa con el ex jefe del Centro de Gobierno, Miguel Martínez, logran ganar una licitación por Q226 millones arriba del precio de mercado, al tiempo que el Instituto ha buscado que más guatemaltecos coticen en el IGSS.
A media semana fue el CACIF el que alzó la voz por un contrato en el Instituto Nacional De Electrificación (INDE) por un contrato de unos paneles solares. En el INDE preside un ex Centro de Gobierno, es decir, al igual que en el IGSS hay vasos comunicantes con el señor Martínez quien presidía la instancia inventada para “darle” un puesto al compañero del Presidente.
Y eso es lo que apenas ahora sabemos en una semana, pero han sido meses de negocios construidos uno tras otro sin consecuencia alguna y es por eso que yo me pregunto ¿por qué el Ministerio Público (MP) parece abstraído de esa realidad?
Cuando fue la elección para Fiscal General, Consuelo Porras no era la favorita del Presiente y algo pasó en unas horas que el Gobierno se decantó por ella. Hay quienes, en condición de anonimato, han asegurado que bastó el solo hecho que se le recordara a Giammattei que muchas cosas no habían visto la luz de la justicia, pero que si ella no era electa todo podía pasar en el mes que le iba a quedar en el cargo.
El MP ha mostrado celeridades en casos que le son muy apetitosos, pero unas parsimonias impresionantes para aquellas cosas que pueden afectar a las personas que los eligieron y eso no es correcto cuando lo que se busca es que la justicie se aplique por igual y sirva para alcanzar la verdad sin importar quienes sean los sujetos que lleven a cabo los hechos que pudieran ser delitos.
El dinero de los guatemaltecos necesita gastarse con mejor calidad, transparencia y eficiencia. Está claro que necesitamos ajustes en el sistema para aprovechar economías de escala, por citar solo un ejemplo, pero mientras la gente sepa que mal utilizar el dinero de los impuestos no tiene consecuencia, el mal manejo de los recursos será el pan de todos los días.
Y ahora que vemos todos estos negocios y sabemos que más irán viendo la luz del día, seguir ignorando la realidad se vuelve una tarea muy compleja para el MP. Distinto era cuando las cosas se sabían poco o cuando el silencio permitía operar con toda tranquilidad, pero ahora que las cosas cambian y se hacen más evidentes, también se hace más marcada la intención del ente investigador de voltear a ver para otro lado en aquellas cosas que pueden incomodar a quienes mandan en el Gobierno Central.
Estos han sido años de recaudación histórica, pero no han sido históricas las inversiones porque ante esa falta de consecuencia, se han privilegiado los negocios por encima de todo y la gente ha ido perdiendo las formas de una manera burda.
Toca a las ciudadanos más comprometidos, ir encontrando las formas para alcanzar acuerdos e incidir para que el MP deje los análisis de lo que incomoda a quienes la nombraron y para que alcancemos acuerdos que ataquen causas estructurales de lo que le hace la vida imposible a la gente honrada.