Claudia Virginia Samayoa

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Claudia Virginia Samayoa
Cartas de una Lechuza
@tucurclaux

La #MarchaParaAtrás una propuesta de denuncia con esperanza y energía positiva es lo que me ha mantenido esta semana de noticias y hechos que le hacen a uno llorar de rabia e impotencia.

Qué más impotencia de la que puede sentir una niña cuando ven que acosan, violan y asesinan a niñas en todo el país. La de quien sueña con un futuro donde pueda estudiar y alcanzar sus metas, pero sabe que sus oportunidades educativas se cierran y la calidad de ésta no le permitirán entrar a la universidad.

Los datos del Banco Mundial publicados el día martes de esta semana, el mismo día que las niñas marchaban para atrás, indicaban que el 59.3% de la población guatemalteca vive por debajo de la línea de la pobreza. Esto es con menos de Q8 al día. Y aunque los empresarios y sus centros de investigación se inventen excusas, los datos del Banco Mundial se basan en los datos oficiales del gobierno y con fórmulas estandarizadas.

Las niñas marchaban hacia atrás exigiendo sus derechos, pero más importante conminándonos a hacer algo en contra de la corrupción y la impunidad porque estas son las responsables de que ellas cada vez tengan menos futuro.

Tuve el honor de recibir un reconocimiento por mis escritos realizados a través de los años y en distintos medios de comunicación en favor de los derechos de las niñas. No entendí por qué yo era merecedora del reconocimiento hasta que vi la manta que iba de último denunciando que los derechos de las niñas caminan hacia atrás y, en la penúltima manta, señalando la responsabilidad de retroceso a la corrupción y la impunidad en ese retroceso.

Regresé a mi trabajo luego de la fiesta de la marcha de las niñas que me llenó de esperanza y alegría decidida a no dejarme ahogar por las noticias; pero el miércoles amanecí con la noticia del nuevo allanamiento en la casa de la Licda. Leyli Santizo y nuevas órdenes de captura contra ella y Juan Francisco Sandoval por tres mensajes sacados de contexto que no prueban ningún delito y su objeto es manipular la verdad para apoyar su narrativa que los buenos son los corruptos.

Ese día no pudo ser más aciago luego de oír y ver con mis propios ojos no solo la tergiversación de la justicia sino también la violencia orientada en contra de Virginia Laparra y sus abogadas para que el proceso ante los jueces sea una agresión más aunada al de la cárcel. El colmo fue cuando nos enteramos de que había una nueva orden de captura preparada por si le daban el arresto domiciliario. Vale decir que al mismo tiempo le quitaban delitos a Baldizón y le daban arresto domiciliario por un delito mucho más grave del que acusan a Virginia.

Regresé a mi hogar derrotada, sintiendo el peso de la violencia del sistema, sin embargo más noche me enviaron la foto de Virginia Laparra saliendo de la audiencia ante el Juez de Paz con una sonrisa ya que se le regresó a Matamoros en espera de que el Juez de Quetzaltenango la cité. Una sonrisa a sabiendas que regresa a la cárcel y que le espera otro proceso más.

Tienen razón las niñas en la #MarchaParaAtrás no debemos perder la esperanza y debemos tener la energía de la niña/niño en nosotros para denunciar y resistir.

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