En los últimos meses la organización sindical en Estados Unidos ha destacado en los medios locales e internacionales por el auge que registran en varias empresas, situación que se considera atípica, ya que la afiliación sindical en dicho país empezó a disminuir drásticamente desde mediados del siglo XX. El año pasado, apenas un 6% de los trabajadores del sector privado pertenecía a un sindicato.
Sobre ese fenómeno, surge la duda si podría migrar este fenómeno a otros países o cuál es la situación en Guatemala. Para Luis Linares, exministro de Trabajo y analista de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (ASIES) se trata de un escenario complicado porque todavía existe “muy poca iniciativa”, de hecho, indicó que el país tiene una de las tasas de aplicación sindical más bajas de América Latina.
¿QUÉ OCURRE EN EE. UU.?
De acuerdo con Yahoo! News, a finales de abril, los trabajadores de un almacén de Amazon en Staten Island, Nueva York, votaron a favor de sindicalizarse, convirtiéndose en los primeros empleados en la historia de la compañía en formar un sindicato en EE. UU.; además, fue la segunda votación de alto perfil de la empresa después de la reciente elección en Bessemer, Alabama, donde los resultados no son concluyentes y actualmente favorecen a la gerencia.
Estas acciones sindicales están migrando a sectores productivos estadounidenses como salud, comercio minorista, manufactura y sector tecnológico.
El magnate del café Starbucks también se unió a la lista de empresas con sindicatos. Hasta diciembre de 2021, ninguna de sus sucursales tenía uno; hoy, 10 de ellos lo hacen, y se esperan votos sindicales en 160 lugares más en las próximas semanas y meses.
De hecho, una encuesta de fines de 2021 de la empresa de análisis Gallup, encontró que el 68% de los estadounidenses aprueba los sindicatos, el porcentaje más alto desde 1965. Este apogeo se atribuye, en parte, a que Joe Biden se ha comprometido a ser el presidente más “prosindicato».
UNA CULTURA INDIVIDUALISTA
Según Linares, la baja militancia sindical en Guatemala se puede atribuir a que hay un porcentaje importante de trabajadores que o desconocen lo que son los sindicatos o consideran que no son necesarios influenciados por una “cultura individualista».
No obstante, destacó que el temor a represalias por organizarse y la nula protección por parte del Estado al ejercicio del derecho de organización de los trabajadores, son los principales motivos de la baja tasa de aplicación sindical.
“En Guatemala tuvimos la experiencia que después de la Revolución de octubre (1944), hubo un periodo donde estuvo totalmente prohibida la organización sindical, incluso no había forma de presentar una queja ante las autoridades por abusos contra los trabajadores”, recordó el exministro de Trabajo.
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— Diario La Hora (@lahoragt) May 8, 2022
PAÍSES CON MAYOR % DE POBLACIÓN SINDICADA
En particular, un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sobre la población laboral sindicalizada en 2019, muestra que Islandia ocupa el primer lugar con un 92%; seguido de Dinamarca (67%); Suecia (65.2%) y Finlandia (58.8%).
A nivel latinoamericano, Costa Rica tiene el primer lugar con un 20.5%; seguido de México con un 12.3%, mientras Guatemala no aparece en el listado de la OCDE.
¿QUÉ PIENSAN LOS TRABAJADORES GUATEMALTECOS?
Según la Encuesta a Población Ocupada en el departamento de Guatemala, publicada en octubre de 2021 por ASIES, la libertad de asociación y el derecho de organizar y participar en sindicatos es considerada por el 61% de los entrevistados como un derecho humano fundamental. Al desagregar por segmentos, el 60% de los empleados privados comparte que es un derecho humano.
A pesar de ello, la mitad de los encuestados consideran que los empleados privados tienen derecho a organizarse y la otra mitad piensa que no lo tienen. Por género, el 53% de los hombres consideran que sí tienen esa libertad, bajando a 46% entre las mujeres.
TEMOR AL DESPIDO
Los resultados también mostraron que la principal razón por la que un trabajador entrevistado no se afiliaría a un sindicato (44%) es el temor a que lo despidan, lo cual también se relaciona con “darse color”, es decir, que se conozca o sepa que tiene militancia sindical.
Además, se observaron opiniones desfavorables respecto a la organización sindical: un 35% considera que los dirigentes no son de confiar y el 32% no cree en los sindicatos.
POCA GARANTÍA DEL GOBIERNO
Dos tercios de los trabajadores del estudio consideran que el gobierno no hace nada por garantizar el derecho de organizar sindicatos y el 30% que “hace poco”.
Lo anterior, evidencia que hay una fuerte percepción de que el Estado de Guatemala no cumple con su deber de proteger el ejercicio de ese derecho. Sobre este tema, Linares comentó que hay una protección insuficiente de aplicación de las normas de protección establecidas en la ley.
“La ley establece que una vez los trabajadores comuniquen la creación del sindicato, el patrón no puede tomar medidas”, explicó el analista; además, opina que el Estado debe generar las condiciones a través de una efectiva protección del derecho, para que los trabajadores quieran organizarse.
TRABAJADORES EN LAS PLANTACIONES
Además, seis de cada 10 trabajadores entrevistados en la región nororiental y ocho de 10 en la suroccidental consideran que quienes laboran en empresas privadas no gozan de la libertad necesaria para organizar sindicatos, de acuerdo con la Encuesta Sobre el Trabajo en Plantaciones de ASIES, publicada en febrero de 2022.
En el mismo estudio, el 61% de los entrevistados mencionó que el riesgo de no conseguir trabajo (22%), la posibilidad de ser despedido por participar en un sindicato (20%), y el miedo de organizarse por temor a las consecuencias que eso implica (19%), son las tres principales razones por las que, a su juicio, existen pocos sindicatos en las empresas privadas.
SIN PACTOS COLECTIVOS
“Casi ocho de cada 10 trabajadores encuestados en las plantaciones de la región nororiental y un poco más de nueve de 10 de las ubicadas en la suroccidental expresaron que no han trabajado en una empresa que cuente con un pacto colectivo de condiciones de trabajo”, señala el informe.
LINARES: SE REQUIERE DE UN CAMBIO DE MENTALIDAD
De acuerdo con Linares, en caso de surgir más sindicatos en Guatemala como en EE. UU., tiene que haber una disposición al diálogo entre trabajador y empleador.
Considera “no ver a la empresa como enemiga… se necesita superar la mentalidad de enemigo, y por supuesto, también tiene que ver con el cambio de mentalidad en el empleador de que el sindicato es un peligro. La paz y la armonía laboral son beneficiosas también para las empresas”, aseguró el analista.