GRECIA AGUILERA
La Asociación Mundial de Mujeres Periodistas y Escritoras, AMMPE ha publicado a través de sus redes sociales una misiva, en la que expresa su intensa preocupación por los derechos de las mujeres, niñas y en especial de las féminas que se dedican a trabajar en los medios de comunicación en Afganistán. La carta, dirigida al mundo entero desde la Ciudad de Roma, con fecha 19 de agosto de 2021, manifiesta lo siguiente: “La Asociación Mundial de Mujeres Periodistas y Escritoras, AMMPE manifiesta su profunda preocupación por la situación de las mujeres y niñas de Afganistán, en particular por las trabajadoras de los medios de comunicación, tras el reciente ingreso de los talibanes a la capital, Kabul, y consiguiente ocupación de gran parte del territorio. A pesar de las declaraciones de ‘buena voluntad’ de las nuevas autoridades afganas, hay numerosos motivos de preocupación. Por ejemplo, la periodista televisiva Kadhiya Amin conductora de un telediario ya fue reemplazada por un oficial talibán. Y son numerosos los videos de afganas pidiendo no ser olvidadas, como el de la joven que sollozando señala que corren el peligro de ‘morir lentamente en la historia’. Por eso, para impedir que esto suceda, AMMPE hace un llamado urgente a los gobiernos del mundo, a las Naciones Unidas, a las organizaciones internacionales para que presten atención preferente a las mujeres, sobre todo a quienes han realizado tareas profesionales prohibidas por el fanatismo talibán, como son nuestras colegas periodistas y comunicadoras.” En diciembre del año pasado AMMPE denunció y condenó el crimen de la periodista afgana Malala Maiwand quien además de comentarista, conductora de radio y televisión, era una reconocida activista por los derechos de las mujeres y niños de su país, lo que es contrario al movimiento del Estado Islámico. El domingo 15 de agosto de 2021 los talibanes se apoderaron de la Ciudad de Kabul, colocando la bandera del Emirato Islámico de Afganistán en el Palacio Presidencial, cuando los Estados Unidos y la Organización del Tratado del Atlántico Norte, terminaron de retirar todas sus tropas. A pesar de que los talibanes afirmaron que respetarían los derechos humanos, surgió total desconfianza, en especial en las mujeres y niñas por causa del temor a que se practiquen de nuevo las prohibiciones extremas que imponen los talibanes, y por ende violan los derechos humanos. Según sus atroces costumbres, son más de 20 prohibiciones para las mujeres, que las apartan principalmente de la salud, educación y vida pública. Por ello la Asociación Revolucionaria de las Mujeres de Afganistán, cuyas campañas son dirigidas a los derechos de la mujer publicó la lista, he aquí algunas de las crueles prohibiciones: “Está prohibida cualquier actividad fuera de casa, a menos que las mujeres lo hagan en compañía de su padre, hermano o esposo; No está permitido que una mujer cierre tratos con comerciantes masculinos; Las mujeres y niñas tienen prohibido estudiar en cualquier institución educativa. Del 1996 a 2001, los talibanes también reprimieron el aprendizaje en casa; Es obligatorio que las mujeres utilicen burka, una prenda que las cubre de la cabeza a los pies, con una malla a la altura de los ojos para que puedan ver; Los talibanes pueden cometer abusos verbales y agredir físicamente a las mujeres con azotes y palizas, que no utilicen la burka o que no salgan acompañadas de un varón con parentesco cercano; Azotes en público en contra de las mujeres que no cubran sus tobillos; No deben tener presencia en la radio, en la televisión, ni en reuniones públicas de cualquier tipo; Está prohibido que practiquen algún deporte o asistan a clubes deportivos; Está prohibido asomarse a los balcones de sus casas, y no pueden reunirse con fines recreativos.” Para muchas mujeres afganas Malala Maiwand es ahora una influencia poderosa para seguir adelante, es una gran inspiración.
