Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82
La Corte de Constitucionalidad (CC) está cumpliendo una de las misiones para las que fue electa: otorgar “estrellitas” en la frente a diversas personas ante las acusaciones que se les habían realizado por distintos actos relacionados a corrupción.
Algunos saben que esos premios no vienen fáciles y se callan y hay otros para los que la masa gris no es su fuerte, gritan a los cuatro vientos que el hecho de que esta corte los ampare demuestra que nunca hicieron nada malo.
Hay quienes en reuniones privadas reconocen que el sistema está colapsado y que todo redunda en la corrupción y la impunidad, pero poco o nada se está haciendo por cambiar esa realidad y en cambio, se siguen gozando los beneficios de la Corte que fue instalada con propósitos claros.
Pero hay un factor que quizá no estemos viendo y es, ¿qué sentirá la gente que ha quedado atrás, la que siente que no hay futuro haciendo las cosas bien, la gente a la que acceder a la Salud es un lujo y la educación un privilegio, al ver que hay quienes se metieron en aguas que no debían pero logran salirse con la suya?
Preocupa que en Guatemala lleguemos al escenario de Perú. Un amigo peruano me decía que no salió a votar porque sabe que Pedro Castillo no está pensando en cómo resuelve si no en cómo el péndulo regresa y que nunca se le pasó votar por Keyko Fujimori porque era la continuidad de los negocios oscuros.
“Estábamos mal antes de ir a las urnas”, expresa por las opciones que se planteaban en el país latinoamericano y estoy seguro que en Guatemala no se están dando cuenta que acciones como estas que realiza la CC a diestra y siniestra, serán aprovechadas por un CODECA/MLP.
Usar el papel de la máxima corte que está dando “sorpresas” como aquellos papás al final de una piñata, es el caldo de cultivo que están buscando quienes quieren incentivar el voto en el Interior de una multitud que parece dormida pero que si logran despertar, no habrá forma de pararla.
Se tenía la esperanza de que estas acciones de impunidad pura y dura fueran rechazadas por actores del país que, entendiendo lo que está en juego, cerraran filas alrededor de buscar salidas, mecanismos alternativos que sin partir de impunidad, nos permitieran reconocer lo que se hizo mal y empezar juntos una transformación del futuro.
Por eso es que he dicho que siendo los casos “la excusa” por la que algunos dicen no sumarse al cambio del país, es mejor hablar de una justicia transicional que permita aceptación, reparación y compromiso y que eso nos ayude a alcanzar los acuerdos para atender las grandes necesidades, en especial las de los más marginados, quienes son los más propensos a votar por opciones distintas a las que han gobernando siempre.
Me preocupa mucho que haya bastante gente pensando en el corto plazo sin ver el mediano, no digamos el largo plazo. El cuarto lugar del MLP/CODECA en las últimas elecciones como que no se ha entendido y dimensionado bien en los contextos que vivimos y debemos recordar que los Chávez en el mundo surgen por la incapacidad de las élites para resolver los grande problemas, de encarar los retos y proponer soluciones en un país que las necesita a gritos.
Siendo coherentes, si en las próximas elecciones se da la sorpresa, no nos podremos llamar a engaño alguno y deberemos asumir responsabilidad por nuestra incapacidad de resolver más allá de la gran solución que algunos ven en la impunidad.