las epidemias de infección son reemplazadas progresivamente por enfermedades degenerativas, enfermedades debidas al estrés y enfermedades provocadas por el hombre. Foto la hora: Ap

Alfonso Mata

Guatemala como muchos países en desarrollo está experimentando lo que Omran describió como la transición epidemiológica, donde «las epidemias de infección son reemplazadas progresivamente por enfermedades degenerativas, enfermedades debidas al estrés y enfermedades provocadas por el hombre». Dentro de ese rubro una condición que adquiere una importancia creciente se encuentra las lesiones accidentales. En muchos países industrializados, las lesiones son la principal causa de muerte durante la primera mitad de la vida humana, la edad de mayor producción de hombres y mujeres y este rubro de problemas de salud a la fecha se ignora su impacto desde el punto de vista social, económico  productivo como desde el punto de vista de salud.

En menos de cinco décadas, las lesiones se han convertido rápidamente en una de las principales causas de muerte y discapacidad, a pesar de que las infecciones siguen haciendo estragos dentro de nosotros y la reciente propagación de enfermedades cardiovasculares y metabólicas. A mediados de los 90, la OMS informaba sobre Guatemala “Las lesiones no intencionales, incluidas las causadas por vehículos motorizados, son la principal razón de años de vida potencial perdidos por cada 100.000 habitantes. Los accidentes y la violencia, la bronconeumonía y las infecciones intestinales son las tres primeras causas de muerte entre los adolescentes y adultos.

En Guatemala, de 1950 a la fecha, las tasas de mortalidad disminuyeron drásticamente para las varias enfermedades infecciosas y aumentaron enormemente para la cardiopatía isquémica, la diabetes y las lesiones, especialmente las causadas por vehículos de motor; es decir, es evidente el aumento en proporción y en número de las muertes causadas por lesiones no intencionales como resultado de accidentes de vehículos de motor. Sin embargo, la importancia relativa de las lesiones también aumentó durante este tiempo, a medida que disminuyeron las tasas de otras causas de mortalidad en competencia.

Aunque las lesiones y muchas enfermedades crónicas están adquiriendo una importancia cada vez mayor en nuestro países y comiéndose el presupuesto de los sistemas de salud, esto no se debe necesariamente a un gran aumento de los riesgos de lesiones específicas por edad, sino más bien, en muchos países, a una disminución general de las tasas de mortalidad y al aumento de la proporción de adultos –dicen los demógrafos y añaden que están en mayor riesgo de sufrir lesiones.

Se estima que la población adulta (edad, 15-60 años) en nuestro país ha crecido en general a una tasa por encima del 3% mientras que le general anda por el 1.96%   Si bien la fecundidad y la mortalidad exhibieron una tendencia descendente en los últimos decenios, la esperanza de vida al nacer (EVN) aumentó y es considerada una de las razones de aumento de las lesiones. Mientras que los estudios de los 50-70 del siglo pasado examinando datos longitudinales sobre la mortalidad de adultos encontraron que las tasas de lesiones entre los adultos de 15 a 60 años de edad habían cambiado poco durante este tiempo, a pesar de las importantes disminuciones en otras causas de muerte, los estudios a partir de los noventas demostraron todo lo contrario. Por consiguiente, es difícil argumentar ese aumento de tazas de muertes por lesiones y accidentes por vehículos, como consecuencia de disminución de las enfermedades transmisibles y no transmisibles. Es consecuencia de la alza de esos accidentes.

En actualidad resulta evidente por los datos, que las lesiones por vehículos motorizados en los últimos decenios, se han mantenido con un crecimiento relativamente constante. Sin embargo, no se dispone de datos de otros peligros catalogados como lesiones que pueden introducir nuevos riesgos, como podría estar sucediendo con el envenenamiento por plaguicidas, con las nuevas prácticas agrícolas y, en ocasiones, pasar desapercibidos. Esto nos lleva a otro problema.  Por ejemplo, muchos estudios han estimado que en países como el nuestro, solo un tercio de las muertes resultantes de lesiones se reportaron en las estadísticas oficiales del gobierno. A veces, solo se registran las muertes que ocurren en el hospital y para las que se completa un certificado de defunción, aunque la mayoría de las muertes ocurren cerca del hogar y no se informan.

Una debilidad del sistema de salud es que no investiga como debiera hacerlo, las causas y los medios de prevención de las lesiones, como ocurre con las enfermedades crónicas e infecciosas. Sin embargo, recientemente, los estudios epidemiológicos han comenzado a identificar, según la edad, el sexo y otros factores de riesgo, grupos específicos con alto riesgo de lesiones particulares. Combinado análisis de factores comunes relacionados con lesiones y políticas, especialmente ambientales, las investigaciones han señalado con más claridad los elementos fundamentales de la prevención que les ha permitido abatir las tazas de muertes y discapacidades por lesiones en países desarrollados. En nuestro medio, al tener poca vigilancia sobre la incidencia y las causas de las lesiones o sobre los grupos de alto riesgo de lesiones, se vuelve un impedimento para actuar señalando que es impostergable empezar estudios profundos al respecto. No podemos dejar pasar por alto ya, que  a medida que la población vaya envejeciendo, las lesiones serán cada vez más importantes, especialmente porque las tasas de lesiones y las tasas de letalidad por lesiones son más altas en los ancianos.

Pero quizá de lo más urgente de determinar y prestarle esmerada atención es lo referente al  tratamiento de las lesiones, que impone una carga considerable para el sistema de salud, tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo. El otro día un exdirector de un hospital de la costa mencionaba, que los accidentes en general pueden comerse hasta un 30% del presupuesto hospitalario. En consecuencia, el sistema de salud, debería montar adecuados programas de prevención ya que los pocos que se tienen, se han desarrollado descuidando el estudio de causas pues, las lesiones suelen tener diferentes causas y factores de riesgo.

Las lesiones no intencionales, incluidas las causadas por vehículos motorizados, son la principal causa de años de vida potencial perdidos por cada 100.000 habitantes. Las tasas de mortalidad de vehículos motorizados por vehículo y población, y por milla recorrida, han disminuido drásticamente en los Estados Unidos y Europa durante los últimos 35 años. Sin embargo, las tasas en muchos países en desarrollo como es Guatemala, han aumentado. Por ejemplo, de 1960 a 1983, la tasa de mortalidad por lesiones accidentales de vehículos de motor en Guatemala se reportaban en 2-3 por cada 100,000 habitantes, mientras que las tasas de lesiones no intencionales no relacionadas con los vehículos de motor cambiaron poco, Luego al final del siglo esas cifras se habían duplicado y en la actualidad se han triplicado.

Si bien las tasas de mortalidad por lesiones de vehículos de motor varían ampliamente, también existe una gran variación en la importancia de los diversos tipos de lesiones de vehículos de motor. La distribución de todas las muertes de vehículos de motor por clase de usuario de la vía (es decir, peatón, ciclista, motociclista, conductor, pasajero) en todos los rubros han aumentado.  La mayoría  de los casos son adolescentes o adultos jóvenes; las tasas entre las mujeres son mucho más bajas. Las causas más importantes de amputaciones traumáticas son accidentes de tráfico en las zonas urbanas y le siguen los acaecidos en las carreteras por vehículos de tipo diverso.

Tasa de datos crudos de muerte por lesiones por 100 000 habitantes.

 

Año Lesiones  Femenino Masculino Total
2016 Total 30.5 122.7 75.9
Accidentes tránsito 6 26.4 16.1
2010 Total 35.4 151.1 92.3
Accidentes tránsito 4.3 18.5 11.3
2000 Total 34.4 125.4 79
Accidentes tránsito 3.4 12.4 7.8
1984 Total 8 28 86
Accidentes tránsito 1 2 16

Fuente: OMS

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