Foto ilustrativa. La justicia y la certeza jurídica es vital para la atracción de inversiones. Foto La Hora/AP

Por Grecia Ortíz
gortiz@lahora.com.gt

Un artículo publicado por el New York Times (NYT), elabora por tres catedráticos, explica sobre una estrategia para reabrir la economía contrarrestando el punto débil del coronavirus, en ella resaltan que las personas podrían trabajar en ciclos, cuatro días en el lugar de trabajo y 10 días desde casa, divididos en grupos.

El artículo destaca que siguiendo ese lineamiento, las personas estarían cuatro días y para cuando se vuelvan infecciosas, estarían encerradas trabajando desde el hogar, y que sería empleada cuando los casos van en disminución y se compruebe la efectividad de las medidas de bloqueo.

La situación en la que hacen énfasis es que si no se puede reanudar la actividad económica, sin causar un resurgimiento de las infecciones por COVID-19, nos enfrentamos a un futuro sombrío e impredecible de abrir y cerrar negocios y también escuelas.

Sin embargo, se puede encontrar una salida a este dilema según el NYT, explotando una propiedad clave del virus, el período de latencia, es decir el tiempo que pasa desde la exposición a algo que puede causar una enfermedad en el que una persona se infecta y puede infectar a otros.

La estrategia, señalan que funciona aún mejor cuando la población se divide en dos grupos de hogares que trabajan semanas alternas.

Un ejemplo, es el empleado por funcionarios escolares austriacos quienes adoptarán una versión simple, con dos grupos de estudiantes que asisten a la escuela durante cinco días cada dos semanas, a partir del 18 de mayo.

“Los modelos que creamos en el Instituto Weizmann en Israel predicen que este ciclo de dos semanas puede reducir el número de reproducción del virus, el número promedio de personas infectadas por cada persona infectada, por debajo de uno. Por lo tanto, un ciclo de 10-4 podría suprimir la epidemia al tiempo que permite una actividad económica sostenible”, dice la nota.
Incluso si alguien está infectado y sin síntomas, él o ella estaría en contacto con personas fuera de su hogar durante solo cuatro días cada dos semanas, no 10 días, como con un horario normal.

REDUCE DENSIDAD DE PERSONAS EN UN MISMO LUGAR Y MINIMIZA LA TRANSMISIÓN DEL VIRUS

Esta iniciativa, señalan que tiene otro impacto porque además, reduce la densidad de personas en el trabajo y la escuela y así se minimiza la transmisión del virus.

Lo mismo podría hacerse en las escuelas con estudiantes que asistan durante cuatro días consecutivos cada dos semanas y con grupos, para luego adoptar educación a distancia, incluso podría hacerse que los niños asistan a los centros educativos en el mismo período en el que sus padres van a trabajar.

Personas en espera para poder entrar en un supermercado en cumplimiento de las nuevas normas de distanciamiento físico. Foto: La Hora/ONU/Archivo

“Durante los días de cierre, este enfoque requiere adherencia solo al nivel de distancia que ya se ha demostrado en los países europeos y la ciudad de Nueva York. Evita los costos económicos y psicológicos de abrir la economía y luego tener que restablecer el bloqueo total cuando los casos inevitablemente resurgen. Dar esperanza y luego quitarla puede causar desesperación y resistencia”, dice el artículo.

SE PUEDE IMPLEMENTAR CUANDO EXISTA UNA DISMINUCIÓN CONSTANTE DE CASOS

Además, destacan que una rutina como tal proporciona un empleo al menos a tiempo parcial para millones de personas que han sido despedidas o enviadas con licencia sin sueldo y que para quienes viven con dinero en efectivo, tendrían cuatro días para ganarse la vida reduciendo la necesidad económica, así que las quiebras comerciales también mermarían.

Por supuesto que mientras trabajan, las personas deben portar una mascarilla y mantener distanciamiento social, otro tema es que la propuesta no se basa en pruebas a gran escala, aspecto que no está disponible en todos los estados de Estados Unidos y que puede no este nunca disponible en otras regiones del mundo.

La misma se podría emplear, además, cuando exista una disminución constante de casos y que de una lectura que los bloqueos han sido efectivos, por lo que la estrategia debe ser integral que incluya la auto cuarentena de aquellos con síntomas, localización y aislamiento de contactos y protección de grupos de riesgo.

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“La estrategia cíclica se puede probar en regiones limitadas durante períodos de prueba específicos, incluso un mes. Si aumentan las tasas de infecciones, se puede ajustar a menos días de trabajo. Por el contrario, si las cosas van bien, se pueden agregar días de trabajo adicionales. En ciertos escenarios, solo cuatro o cinco días de bloqueo en cada ciclo de dos semanas aún podrían evitar el resurgimiento”, dice el artículo del NYT.

Aunque la presente crisis se vea como enemigo formidable, se pueden mejorar al enfrentar al virus y programar las actividades de manera inteligente y eso podría ayudar a acelerar un retorno completo al trabajo, escuela y otras actividades, añaden.

El artículo publicado en el NYT, fue escrito por Uri Alon y Ron Milo, profesores de biología computacional y de sistemas en el Instituto de Ciencia Weizmann en Israel y también por Eran Yashiv catedrático de economía en la Universidad de Tel Aviv y del Centro de Macroeconomía de la Escuela de Economía de Londres.

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