Ginebra
Agencia (dpa)

Cada año se podría evitar la muerte de 1.7 millones de recién nacidos con la asistencia médica adecuada, de acuerdo con un estudio de Naciones Unidas dado a conocer hoy en Ginebra.

Además, se podrían evitar complicaciones de por vida en cientos de miles de bebés, informó la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y otras organizaciones humanitarias.

El informe señala que se podría salvar la vida sobre todo de muchos prematuros con medidas sencillas como la higiene del cordón umbilical, el tratamiento de la ictericia, diarrea o infecciones, o el suministro temporal de oxígeno. Para ampliar el tratamiento clínico de bebés enfermos o prematuros hacen falta unos 960 millones de dólares (845 millones de euros) anuales hasta 2025, detalla el estudio.

«Cuando se trata de bebés y de sus madres, el tratamiento adecuado en el momento y lugar adecuados pueden marcar una diferencia decisiva», dijo Omar Adbi, director ejecutivo adjunto de UNICEF.

El 98 por ciento de las muertes de bebés se producen en países con ingresos bajos y medios, sobre todo en el sur de Asia y en África. Por ello, los Gobiernos y las organizaciones humanitarias deben velar porque cada persona y recién nacido en situación de emergencia puedan recibir tratamiento médico también allí, destacaron las organizaciones.

Su plan de acción prevé, entre otras medidas, que el 75 por ciento de todos los neonatos en riesgo de contraer infecciones graves reciban los antibióticos necesarios hasta 2025.

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