Por Sabine Maurer
Agencia (dpa
De colores fuertes, son laboriosos y no presentan exigencias en su cuidado. Por eso los peces guppy son muy populares en los acuarios de los aficionados.
«Son animales muy fáciles de cuidar», dice Jan Wolter. Es veterinario y experto en peces ornamentales en Berlín.
Los principiantes se manejan también muy bien con estos peces, que miden apenas unos centímetros y pueden llegar a vivir hasta tres años.
Los peces guppy no solo son robustos, sino también muy adaptables. Según Wolter, se ha llegado a encontrar peces de esta especie en aguas residuales a una temperatura de 40 grados centígrados, y nadaban animadamente y estaban sanos.
Pero murieron cuando, tras ser capturados, fueron metidos en un acuario a una temperatura más adecuada. Ello demuestra una de sus carencias principales. Son adaptables, pero para ello necesitan tiempo.
Eso también es así con los guppys en los acuarios. Para protegerlos de un shock, los dueños deben tener cuidado con las condiciones del agua.
«La temperatura y el pH deben ser igual para ellos en los recipientes en los que sean transportados», aconseja Wolter. Si no es así, pueden morir pronto.
Lo mejor es meterlos primero en el acuario dentro del recipiente usado para el transporte. Hay que dejar entrar agua del acuario durante un par de minutos, hasta que el recipiente contengan más o menos la mitad del agua original y la mitad del recipiente grande.
No obstante, hay que tener cuidado si en el acuario hay ya otros habitantes. Los guppys se llevan bien con otros tipos de peces, pero los nuevos en el acuario pueden llevar consigo enfermedades y parásitos.
La mayoría de los guppys que se venden en las tiendas procede del Sudeste Asiático. Las condiciones de cría allí no son buenas y el inicio de su vida, tampoco.
Suelen enfermar. Eso se ve en el repliegue de las aletas y en los cambios de color en la piel y los cambios en los ojos, entre otras cosas. Por eso lo recomendable es que los recién llegados pasen las primeras cuatro semanas en otro acuario antes de ser integrados con los demás.
«Por regla general, cada guppy debe tener unos tres litros de agua para él», dice Günther Tischmann, de la Federación de Guppys en Berlín.
Para un acuario de 54 litros, lo recomendable es que no sean más de unos 18 animales. Pero el número de guppys puede crecer rápidamente porque estos peces se reproducen con gran celeridad.
Se trata de peces ovovivíparos, lo que significa que las hembras desarrollan los huevos en su interior. «Una hembra sana puede alumbrar más de 50 pececitos cada cuatro semanas», explica Harro Hieronimus, de la asociación alemana DGLZ.
No obstante, los propios guppys adultos se ocupan de que no haya sobrepoblación en el acuario. Con frecuencia se comen a los recién nacidos cuando aún son muy pequeños.
Quien prefiera no dejar que la naturaleza siga su curso, deberá sacar a los recién nacidos y meterlos en un segundo recipiente. Cuando llegan a tener un centímetro, el peligro ha sido ya superado y pueden volver a ser metidos en el acuario.
Ya sean jóvenes o adultos, los guppys son muy activos y necesitan libertad de movimiento. Los machos son los que generan agitación en el acuario, ocupados todo el día con acotar su territorio.
Los expertos aconsejan que el número de hembras allí sea tres veces mayor que el de machos. Así estas pueden tener cierta tranquilidad y no ser constantemente perseguidas. En cualquier caso, necesitan tener la posibilidad de poder esconderse de los machos, por ejemplo tras plantas tupidas.
Para decorar el fondo del acuario se pueden usar piedras muy limpias o las que venden en las tiendas. No se recomienda usar madera. El acuario precisará también de un regulador de temperatura -los 25 grados centígrados es lo apropiado-, un filtro e iluminación, aunque esta última está más pensada para las plantas que para los peces.
En cuestiones alimenticias, tampoco son problemáticos. «Sirve la comida seca normal que se compra en las tienda», dice el veterinario Wolter.
