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Aguerrida, fuerte, una mujer que da todo su esfuerzo por lo que desea y quiere, a veces un poco tímida y solitaria, pero un gran ejemplo a seguir así es como Sayde describe a su hija: Sharon Veras. Una mujer que desde niña ha tenido que enfrentarse y sobreponerse a situaciones difíciles, y a pesar que ha cumplido sus sueños como lo es ser parte de la academia cívico-militar más conocida del país y obtener un trabajo donde es un ejemplo y líder.

Tanto Sayde como Sharon platicaron con Nosotras LH sobre las situaciones en las que han tenido de sobreponerse y cómo han llegado a donde están hoy en día.

BULLYING Y ACOSO SEXUAL

Cuando estaba en primaria Sharon enfrentó una de las peores situaciones de su vida, al ser víctima de bullying y acoso sexual por parte de un compañero. A la vez, relató que esa situación fue muy dura, clases de karate y música le sirvieron para distraerse, pero la situación seguía presente.

“Hubo una vez que él me levantó la falda, y yo lo que hice fue patearlo entre las piernas, era la única forma de defensa que lograba ejecutar, porque ninguna maestra me ayudaba”, narró Sharon.

Esta es solo una de las diversas situaciones de acoso sexual por las que ella tuvo que pasar a la edad aproximadamente de 10-11 años, “el niño utilizaba inclusive palabras obscenas muy fuertes, temas que inclusive yo no había llegado a explicarle en cuanto a sexualidad a ella, y cuando fui al colegio en busca de apoyo no me lo dieron”, reconoció la madre.

Uno de los momentos más fuertes en torno a esta situación fue cuando un sábado alrededor del mediodía Sharon estaba caminando cerca de su hogar y se topó con quien perpetuaba estas acciones de agresión en su contra y le apuntó en el ojo izquierdo, acto seguido éste le dijo que la próxima vez sería con un arma de verdad. Sharon salió corriendo a su casa a llorar.

Por lo que la madre explica que en este punto decidieron denunciar a la entidad que se encarga de ver el tema de menores en conflicto con la ley, pasaron meses y nada ocurrió. El acoso se intensificó al punto de que él se paseaba por grandes momentos enfrente de la casa de Sharon.

“A él finalmente lo expulsan después de que un día en el colegio se me tiró encima y comenzó a violentarme sexualmente, yo salí huyendo y lo único que me dijeron fue ‘no te preocupes, ya todo está bien’, no sentí apoyo de nadie en la escuela, pero le dije a mi mamá lo que pasó, y aunque costó se logró que lo expulsaran”, relató Sharon.

Junto con su familia ha salido adelante haciendo frente a las dificultades. Foto La Hora/Cortesía.

EL SOSTÉN

A pesar de todo lo que Sharon vivía día a día en el colegio ella continuó asistiendo y estudiando, esto reconoció se debe en gran parte a su abuela, con quien siempre tuvo una gran unión, y que junto a su madre fueron las personas que siempre la escuchaban y apoyaban a que siguiera estudiando y haciendo sus tareas.

LA PERSONA EN EL MOMENTO CORRECTO

Luego de que pasarán meses desde que la denuncia fue interpuesta, las autoridades pertinentes resolvieron y dictaminaron que era Sharon quien debía asistir con un psicólogo; “llegaron los trabajadores sociales a mi casa y me amenazaron que, si yo no podía ‘trabajar con el problema que ella tenía’, entonces me la iban a quitar y también a mi otra hija”, comentó Sayde.

Sharon Veras ha hecho frente a las dificultades a pesar de los temores y dificultades. Foto La Hora/Cortesía.

Pasados unos meses de todas las situaciones y desde que se había denunciado los hechos una persona en el trabajo de la madre le preguntó por el tema, ella le comentó el proceso por el cual estaban atravesando y esta le recomendó que fuera a la Secretaría de la Mujer, en un momento de ya no saber qué más hacer, Sayde se acercó al lugar; por medio de esta lograron que el caso fuera llevado a un juzgado de menores y poner una orden de alejamiento.

“Todo esto gracias a que una persona se le ocurrió hablarme sobre la situación y recomendarme un lugar”, aceptó la madre.

 

UN SUEÑO CUMPLIDO

Sayde relató que cuando Sharon tenía menos de nueve años le mencionó una vez a su madre que quería ser “mujer policía soldado”, al estar en sexto primaria volvió a traer a colisión la idea diciendo que quería estudiar en el colegio militar: Adolfo V Hall; la situación económica de ellas no les permitía materializar el sueño de Sharon.

Pero Sayde, como una mujer y madre que por sus hijos hace lo que sea, decidió trabajar y trabajar, aunque tuvo que dejar de estar tan presente de forma física por mucho tiempo, ahorró y a pesar de que la situación económica para que lograra estudiar allí era difícil, lo lograron.

“La limité muchísimo previo a entrar allí, y le dije, pero como vas a entrar, vas a salir, no me vayas a decir que no vas a aguantar y resulta que yo diciéndole eso y al final la gente en nuestro alrededor nos lo decía y opinaba de forma negativa”, comentó Sayde.

Sharon Veras es una mujer que no se rinde frente a nada y lo ha demostrado. Foto La Hora/Cortesía.

ROMPIENDO PARADIGMAS Y ESTEREOTIPOS

A pesar de que Sharon estaba feliz de poder materializar el sueño que nació en sexto primaria, al llegar a la realidad se tuvo que enfrentar a un ambiente muy hostil, misógino y machista por parte de muchas personas que consideraban que ese espacio “no era para mujeres”, “que no iba a aguantar” inclusive de los mismos compañeros por su situación económica; ya que durante todos los años en su camino académico utilizó el mismo uniforme y a veces solo podía permitirse comer panes franceses y una botella de agua.

Recordó una situación que la quebró mucho y fue cuando una autoridad del colegio le lanzó un comentario denigrante y machista por el estado de su falda previó a realizar el examen para graduarse de ‘Subteniente de Reservas’; “a mí me dolió mucho porque yo pasé esos cinco años sin meterme con nadie y esforzarme en cumplir y hacer todo, entonces que venga un comentario que da paso a que hablen de mí se sintió feo”.

 

No obstante, fue una experiencia que dio a la hija un carácter más fuerte, a no depender de lo que las personas decían, a ser más disciplinada y responsable, también conoció a muchos amigos con los que aún se mantiene en contacto y la califica como “la mejor etapa”.

Para la madre ver que su hija logró graduarse y obtener los rangos contra todo pronóstico y voluntad de las personas fue una situación que le generó mucha satisfacción.

“Cuando yo la veía uniformada me sentía en las nubes, cuando la miraba desfilar, en los actos, era como que se me inflara el pecho, su niñez fue tan difícil, y ni siquiera tuvo tiempo de disfrutar del todo la adolescencia porque se la pasaba haciendo tareas, pero ella se miraba tan feliz y que lo disfrutaba, y que siempre se conformó con lo poco o mucho que le podía dar, y todo mi esfuerzo me lo devolvió al graduarse de allí”, comentó Sayde con lágrimas en los ojos.

Y que agrega que a pesar de que el proceso fue muy duro, verla afrontar todo y obtener el título fue uno de los momentos más gratificantes.

INSPIRACIÓN MUTUA

Sharon entre unas leves lágrimas, narró que tanto su madre como su abuela son las personas que tiene en alto, su madre le enseñó a ser fuerte durante todos los procesos difíciles por los que tuvo que pasar y a no dejarse vencer por nada. Aunque físicamente no estaba tan presente, su hija entiende porque fue y recalca que siempre estará agradecida con ella por las enseñanzas, la fuerza y el apoyo en todas sus ideas.

“Yo le digo a ella que las malas experiencias al final nos sirven porque son las que nos forman; de lo malo, lo bueno y de lo bueno a ser felices, no importa como vengan”, comentó Sayde.

La guatemalteca ha demostrado su valor y capacidad para ir en contra de la adversidad. Foto La Hora/Cortesía.

Para ella su hija es a la mujer que más admira, la crío para que tomara el mejor camino y recalcó en la importancia de tener una comunicación abierta con ella porque eso logró que tuviera confianza en contarle las cosas hasta hoy en día, Sharon es la estrella que ilumina a Sayde, es su orgullo, su fuerza y el motor por el cual lo sigue dando todo. Una estrella que brilla y que hasta ahora solo le ha dado alegrías.

Actualmente Sharon trabaja como parte de la PM en la Municipalidad, ha tenido a su cargo la capacitación de diversos compañeros, y estudia derecho y lenguaje de señas.

“A pesar de tantos obstáculos en el transcurso de mi vida hoy estoy agradecida porque eso me llenó de experiencia para afrontar cosas nuevas todos los días, ahora mis debilidades son virtudes y fortalezas las que me hacen ser una mujer más fuerte, libre, segura, feliz y completa disfruto más mi vida y trabajo. Agradezco por lo que hasta el día de hoy soy, tengo y sigo aprendiendo, doy gracias a Dios, a mi familia, amigos y compañeros de trabajo”, finalizó Sharon.

Desde Nosotras LH queremos reconocer a Sharon por ser un ejemplo de fortaleza, dignidad y superación pese a las distintas adversidades por las que ha tenido que atravesar y cumplir sus sueños. A su madre, Sayde por estar incondicionalmente para su hija de una forma u otra y luchar siempre por ella, ambas son mujeres admirables y que nos demuestran la importancia de la unión y comunicación.