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Por COREY WILLIAMS
DETROIT
AGENCIA/AP

El empresario peruano de la construcción Fernando Palazuelo prometió convertir un destartalado edificio en el este de Detroit _donde estaba la fábrica de automóviles Packard_ en un complejo moderno de apartamentos, tiendas y galerías de arte.

Han pasado más de tres años desde que Palazuelo compró el terreno por 405 mil dólares en una subasta de bienes embargados, pero no hay indicios de la nueva construcción. Su empresa recientemente anunció que será el 16 de mayo cuando empezará las obras, tras haberle avisado a las autoridades municipales que sería en agosto pasado.

La remodelación de la planta no será fácil. Han pasado unos 20 años desde que compañía alguna funcionó en el terreno de 325 mil metros cuadrados (3,5 millones de pies cuadrados). Antes de que Palazuelo comprara la propiedad, las autoridades municipales calcularon que derrumbar la estructura y limpiar el suelo de la contaminación industrial costaría unos 20 millones de dólares.

«Probablemente hay arsénico y otras sustancias tóxicas. No hay forma de saber qué sustancias están en ese terreno», dijo David Whitaker, director del departamento de investigaciones del concejo municipal de Detroit.

Palazuelo planea limpiar y renovar los edificios en los próximos siete años, dijo Kari M. Smith, vocera de su empresa Arte Express Detroit, en un correo electrónico. La empresa de Palazuelo en Lima financiará el proyecto que en 2013, cuando tomó propiedad de los papeles, estimó en 350 millones de dólares. Palazuelo piensa vivir en el lugar, aseguró Smith.

«Estamos avanzando paso a paso, en una estrategia por fases. El señor Palazuelo no tiene intención alguna de abandonar este proyecto», dijo Smith al preguntársele qué pasaría si Palazuelo no consigue forma de cubrir los gastos.

En la actualidad hay guardias de seguridad en la propiedad. Partes del terreno han sido despejados y algunas entradas han sido tapadas con tablas de madera. La empresa ya le presentó a la municipalidad unos planes preliminares de desarrollo.

Los sucesos en Detroit vienen poco después de que Palazuelo mostró interés en un edificio de ocho plantas donde antes funcionaba una fábrica de papel en Toledo, Ohio. Ese proyecto probablemente requeriría mucho menos dinero y mano de obra y podría ser convertido en un edificio de 80 apartamentos. Smith aseguró que el proyecto de Toledo se realizará simultáneamente con el de Detroit.

En los predios de la antigua planta de Packard se han detectado sustancias tóxicas en el suelo. Antes había pilas de neumáticos, ropa y otros desechos que fueron botados allí ilegalmente, pero al parecer ya fueron retirados. Otros objetos, como un buque pesquero calcinado, siguen en su interior.

En octubre de 2014, cuadrillas de obreros tumbaron algunas de las paredes exteriores y algunas de las columnas de apoyo en los pisos superiores del edificio principal.

Esa fue la última vez que Derek Webb _cuya abuela ha vivido a una cuadra de distancia desde la década de 1950_ recuerda haber visto demolición alguna en ese lugar.

La remodelación de una planta tan deteriorada podría ser una labor imposible, incluso para un empresario acaudalado, opinó Webb, de 54 años.

«Creo que deberían tumbarlo», expresó Webb. «Si yo fuese millonario yo no estaría metiendo mi dinero allí. Lo tumbaría todo y lo dejaría como terreno baldío».

Estamos avanzando paso a paso, en una estrategia por fases. El señor Palazuelo no tiene intención alguna de abandonar este proyecto.
Kari M. Smith, vocera de su empresa Arte Express Detroit.

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