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Por Gabriel Túñez, Carlos Dorat y Laura del Río
Buenos Aires/Santiago de Chile/Madrid
Agencia/dpa

Reino Unido está lejos de ser uno de los principales socios comerciales de América Latina y el Caribe. Pero su futura salida de la Unión Europea (UE), puede tener implicaciones para las inversiones en la región, la negociación de acuerdos de libre comercio o la evolución de la economía.

Desde la perspectiva de América Latina, el posible efecto directo del Brexit en su relación comercial con la región «es bastante marginal», asegura a dpa el jefe de la División de Desarrollo Económico de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el economista Daniel Titelman.

Como bloque, la UE es un importante socio para la zona y recibe del 11,9 por ciento de las exportaciones totales latinoamericanas. Sin embargo, las ventas destinadas al Reino Unido suponen sólo un 1,0% del conjunto total, lo que equivale a un 0,2% del producto interno bruto (PIB) de América Latina y el Caribe.

Los datos varían por países. Reino Unido recibió en 2015 el 1,86% del total de las exportaciones argentinas y en 2016 el 1,55% de las ventas de Colombia al exterior.

En el caso de México, su relación comercial con Londres es de sólo el 0,7 por ciento, por lo que el Brexit no supone realmente una preocupación para el Gobierno de ese país. En cuanto a Brasil, en 2015 sus exportaciones al Reino Unido supusieron un 1,52% del total de sus ventas al exterior, mientras que el 1,63% de sus importaciones procedieron del país europeo.

El Reino Unido tampoco es uno de los grandes inversores en América Latina, según la Cepal. El principal sigue siendo Estados Unidos, seguido de los Países Bajos y España.

Pero precisamente el terreno de la inversión es uno de los que podrían verse favorecidos por el Brexit. Con su salida del bloque europeo, el Reino Unido podría buscar nuevos mercados que reemplacen al europeo, apunta Carlos Malamud, investigador principal del Real Instituto Elcano. «Evidentemente, los británicos intentarán diversificar mercados, buscar nuevas oportunidades, y América Latina es un destino importante», señala.

Otro de los efectos que tendrá el Brexit es que Londres dejará de beneficiarse de los Tratados de Libre Comercio que tiene la UE con países latinoamericanos como México, Chile, Perú o Colombia. Si quiere mantener esos privilegios, el Reino Unido tendrá que suscribir acuerdos bilaterales con los distintos países, algo que el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, describió hace tiempo como un «dolor de cabeza».

«La reanudación de las relaciones en condiciones de ‘absoluta normalidad’ va a ser un proyecto lento y complicado», opina Malamud. «Primero (Londres) tendrá que completar su proceso de separación de Europa (algo que podría demorarse hasta dos años) y luego intentará relanzar las relaciones, supongo que cuanto antes, pero son procesos complejos y largos».

Aun así, esa negoción podría ser más sencilla de lo que se espera. Cuando esté fuera de la UE, el Reino Unido sólo tendrá que velar por sus propios intereses, sin preocuparse por los de otros 27 países. «Si mantiene su política de apertura al mundo (…), la negociación con los países latinoamericanos podría ser mucho más sencilla, sobre todo con los de América del Sur», señala el investigador del Real Instituto Elcano.

Países como México o Argentina ya anunciaron su intención de buscar tratados bilaterales cuando se haga efectivo el Brexit, mientras que Colombia se plantea negociar con Londres en el marco de la Alianza del Pacífico, que forma con Chile, México y Perú.

Un caso particular es el del tratado de libre comercio que desde hace años negocian la UE y el Mercado Común del Sur (Mercosur), formado por Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Venezuela.

Reino Unido siempre ha estado entre los países de la UE que menos objeciones ponía a ese acuerdo desde el punto de vista del comercio agrícola, por lo que «tradicionalmente beneficiaba las conversaciones con Mercosur», señala Malamud. En ese sentido, si se acelera la salida del Reino Unido de la UE, «podría ser un obstáculo para que avancen las negociaciones con el Mercosur», opina.

«Si (el Brexit) tiene algún efecto, sólo puede ser negativo», opina también Roberto Bouzas, director de la Maestría en Política y Economía Internacionales de la Universidad de San Andrés, en Buenos Aires. Sin embargo, ambos expertos descartan que la salida del Reino Unido de la UE vaya a tener un gran efecto en la negociación con el Mercosur.

Por su parte, el Reino Unido también podría buscar un acuerdo comercial propio con el Mercosur. Esa negociación podría ser más sencilla que la de la UE, ya que Londres no tendría los problemas relacionados con el sector agrícola que afronta el bloque europeo.

«Del lado del Mercosur quedarían las sensibilidades tradicionales del sector industrial, si bien el Reino Unido hoy en día es un exportador de servicios más que de bienes manufacturados», señala Bouzas.

Más allá de las consecuencias económicas directas, el Brexit también podría tener algunos efectos indirectos en América Latina y el Caribe, por ejemplo si se produjera un frenazo de la recuperación de la economía global y una contracción del comercio internacional.

«Al principio habrá bastante volatilidad financiera», pronostica Titelman desde la Cepal. «Los impactos comerciales directos no se espera que serán importantes, aunque los indirectos son más difíciles de prever», añade.

«En la medida en que el Brexit implique menor crecimiento para el Reino Unido y Europa las relaciones comerciales con el resto del mundo, empezando con América Latina, se van a ver afectadas, evidentemente», coincide Malamud.

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