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Berlín
Agencia/dpa

La adhesión de Turquía a la Unión Europea (UE) no forma parte de los planes de las instituciones comunitarias para los próximos años, señaló el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, en declaraciones al diario germano «Tiroler Tageszeitung» publicadas hoy.

En un momento en el que la UE encara un debate sobre su futuro tras el «Brexit», parece claro que la entrada del país del Bósforo en la Unión está más que descartada.

«Las negociaciones con Turquía se van a dilatar a lo largo de muchos años», aseguró Juncker, en declaraciones al diario germano «Tiroler Tageszeitung».

Sus palabras sirven como una especie de muro de contención después de que representantes del gobierno de Recep Tayyip Erdogan confesasen también en la prensa alemana sus deseos de formar parte de la UE en el corto plazo.

«El Gobierno turco quiere adherirse a la Unión Europea antes de 2023», señaló el embajador turco ante la UE, Selim Yenel, en el diario «Die Welt».

Esta sería una fecha especial, dado que es el año en el que se celebra el centenario de la fundación de la actual república turca. «Sería la coronación para mi país convertirse en ese momento en miembro de la UE», recalcó.

Según reconoció el diplomático turco, el país del Bósforo aspira a convertirse en «miembro pleno» de la Unión Europea. «A largo plazo, para nosotros no sería aceptable no pertenecer a la UE. Formar parte de la Unión es muy importante para nosotros», apostilló.

En opinión de Yenel, la pertenencia de Turquía a la UE serviría para elevar los estándares del país euroasiático en todos los ámbitos, tanto en cuestiones relacionadas con la política y la economía como en lo referente a la protección del consumidor y de la salud.

Turquía es desde el año 1999 un país candidato a formar parte de la Unión Europea. En 2005, el país euroasiático inició oficialmente las negociaciones con Bruselas. Desde entonces, las conversaciones entre Ankara y las instituciones comunitarias han sufrido altibajos. De los 35 capítulos de adhesión que deben ser completados, Turquía ha iniciado 14.

Desde el gobierno de Angela Merkel se muestran cautos y, al tiempo que evitan pronunciarse sobre fechas, se limitan a decir que Ankara y Bruselas se encuentran en un «proceso abierto de adhesión».

«En la actualidad no consideramos posible que se puedan abrir capítulos nuevos en este proceso de adhesión, aunque eso debe ser acordado por unanimidad por los países miembros de la UE», señaló hoy el portavoz del Gobierno alemán, Steffen Seibert, en una comparecencia ante la prensa.

El vocero precisó también que no estaba en condiciones de citar plazos sobre la posible entrada oficial de Turquía en la Unión Europea.

Turquía ha jugado un papel clave en la UE durante la gestión de la crisis de refugiados y a la hora de reducir el número de solicitantes de asilo que llegan a territorio comunitario.

En los últimos tiempos, las relaciones entre Berlín y Ankara se han enfriado como consecuencia de las decisiones tomadas por el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, tras la intentona golpista en el país.

Erdogan inició una purga contra todos aquellos que presuntamente apoyaron el intento de derrocarlo. Una especie de «limpieza de enemigos» que en Alemania se consideró excesiva y suscitó numerosas críticas a nivel político.

A pesar de las diferencias existentes entre los dos países, la canciller la canciller alemana Angela Merkel dijo en las últimas horas que seguía habiendo «una conexión especial» entre Alemania y Turquía.

«Esto se mantendrá así. Lo que hace especial la relación entre Alemania y Turquía son los más de tres millones de personas de origen turco que residen en nuestro país», apuntó la mandataria en declaraciones al grupo editorial Redaktionsnetzwerk (RND).

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