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Pekín
Agencia/dpa

Las exportaciones chinas, calculadas en dólares, descendieron en julio un 4,4 por ciento con respecto al mes anterior, una media de 1,4 puntos porcentuales menos de lo que habían previsto los analistas, de acuerdo con cifras publicadas hoy por la Administración de Aduanas en Pekín.

A su vez, las importaciones cayeron un 12 por ciento, cinco puntos porcentuales más de lo que habían calculado los expertos.

«Realmente, las cifras no son buenas», comentó la economista Ye Tan de Shanghai. El hecho de que el desempeño de las exportaciones no fuese peor se debe sobre todo a la debilidad de la moneda nacional, el yuan, que el Gobierno chino ha devaluado constantemente en los últimos meses, explicó Ye.

Calculadas en yuan, las exportaciones aumentaron en un 2,9 por ciento mientras que las importaciones bajaron un 5,7 por ciento.

La economía china aún había dado muestras de una estabilización en el segundo trimestre del año, cuando el producto interior bruto (PIB) registró un aumento del 6,7 por ciento en relación con el mismo período del año pasado, un repunte mayor de lo previsto.

Sin embargo, los expertos tienen cada vez más dudas sobre la sostenibilidad del crecimiento ya que el aumento del PIB se ha logrado sobre todo mediante una rápida expansión del volumen de créditos concedidos. Los expertos temen que el crecimiento de las deudas de las empresas estatales poco productivas puedan causar a largo plazo graves problemas a las entidades crediticias.

No se descarta que el sector bancario se enfrente a causa del veloz aumento del número de créditos morosos a una situación dolorosa que obligue al Gobierno en Pekín a intervenir para auxiliar a la banca.

Las reservas de divisas volvieron a bajar ligeramente en julio. El banco central chino había informado el sábado que las reservas totalizaron el mes pasado 3,2 billones de dólares, 4.100 millones menos que en junio.

En el conjunto del año pasado, las reservas de divisas, que tienen su origen principalmente en los excedentes de exportación, se redujeron, por primera vez, en más de medio billón de dólares. Aun así, China posee con diferencia las reservas de divisas más grandes del mundo.

La salida de capitales se aceleró después de que el banco emisor chino comenzara hace un año a devaluar el yuan frente al dólar. Muchos analistas prevén que el yuan se devalúe en los próximos 12 meses otro tres por ciento como promedio, lo que podría incentivar aún más el éxodo de capitales.

El PIB chino aumentó el año pasado un 6,9 por ciento, el crecimiento más débil registrado en 25 años. Según el primer ministro Li Keqiang, el objetivo para los próximos cinco años es lograr un crecimiento de un 6,5 por ciento como promedio. Además, el Gobierno chino pretende reforzar el sector de servicios con el objetivo de impulsar el consumo doméstico.

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