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Tokio
Agencia/dpa

El Banco de Japón mantiene su política de flexibilización monetaria, anunció hoy la entidad después de una reunión de dos días de sus autoridades.

La entidad decidió ampliar la base monetaria al año en unos 80 billones de yenes (unos 632 mil millones de euros o 705 mil 500 millones de dólares) y también mantiene las tasas negativas introducidas en enero de forma inesperada para hacer subir los precios y dar impulso al crecimiento económico.

La política de inyección de dinero para apuntalar la coyuntura también es apoyada por el Banco Central Europeo (BCE), que acaba de bajar las tasas de interés del 0,05 por ciento al cero por ciento. Los mercados dirigen la atención ahora a la próxima reunión de la Fed, pero no se espera que el banco emisor estadounidense vuelva a aumentar las tasas de interés.

El Banco de Japón quiere conseguir una inflación de un dos por ciento tras dos décadas de deflación con precios siempre menguantes. Sin embargo, el objetivo es complicado debido a la caída del precio del petróleo.

Los precios en declive son problemáticos porque una caída de las ganancias previstas por las empresas puede provocar que dejen de hacer inversiones.

En enero volvieron a caer los gastos de los consumidores, en los que se basa hasta el 60 por ciento del PIB de Japón. En el último trimestre de 2015, la tercera mayor economía del mundo se contrajo un 1,1 por ciento respecto del mismo periodo de 2014.

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