Dak Prescott, quarterback de los Cowboys de Dallas. Foto la Hora: Ron Jenkins/AP.

Por LEÓN FELIPE GIRÓN
Agencia AP

Los Cowboys no han comenzado una campaña con registro de 4-0 desde que Tony Romo llevó a la edición de 2007 a un inicio de 5-0 gracias a un potente ataque que promedió 35 puntos por partido en ese lapso y un calendario benévolo.

Dak Prescott buscará emular al pasador al que le arrebató la titularidad en 2016 con una fórmula similar, cuando lo Cowboys visiten la noche del domingo a los Saints de Nueva Orleáns, que buscarán su segundo triunfo desde que el estelar Drew Brees salió lesionado de un pulgar en la segunda semana de la campaña.

Romo lanzó para 860 yardas con 8 touchdowns y 2 intercepciones en sus primeros tres partidos, cifras muy similares a las que acumula Prescott (920 yardas, 9 touchdowns y 2 intercepciones) al frente del cuarto mejor ataque de la NFL (32,3 puntos por encuentro).

Dallas ha logrado establecerse este año en la cima del Este de la NFC con tres victorias contundentes ante los Giants, Redskins y Dolphins, las defensivas que más puntos han admitido en la actual temporada. Y en Nueva Orleáns les espera la séptima peor de toda la NFL.

Pero los Cowboys cometerían un error en subestimar a los Saints ante la ausencia de Brees, después de todo, han ganado cinco de los últimos seis ante Dallas en casa y si bien Teddy Brigdewater está lejos de la categoría de Brees, Nueva Orleans cuenta con el versátil running back Alvin Kamara y el estelar wide receiver Michael Thomas. Eso es mucho más talento del que los Cowboys han enfrentado en todo el calendario regular.

Los Saints no permiten a un running back avanzar más de 100 yardas terrestres desde la semana 11 de la temporada 2017, por lo que lucen preparados para contener los embates del estelar Ezekiel Elliott (4to de la NFL con 289 yardas). Pero la defensiva de Nueva Orleáns no puede enfocarse plenamente en Elliott y descuidar a la dupla que ha formado Prescott con Amari Cooper, quien encabeza a la liga con cuatro recepciones de touchdown y tiene 10 en 12 partidos desde que llegó a Dallas procedente de Oakland en un canje.

VIKINGS (2-1) en CHICAGO (2-1)

Vikings y Bears son los únicos dos equipos del Norte de la NFC con una derrota en su registro, ambos ante los Packers de Green Bay por lo que, a pesar de ser apenas la cuarta semana de campaña, este duelo tiene tintes de vida o muerte.

Los Vikings llegan con el segundo mejor ataque terrestre de la NFL de la mano de Dalvin Cook (375 yardas) y tienen al menos 172 yardas por tierra como equipo en cada uno de sus tres juegos de la temporada. Los Bears, la tercera mejor defensiva de la liga y quinta contra la carrera, no permite 172 yardas terrestres desde la semana 12 de 2017. Un duelo de poder a poder.

Eso podría obligar al coach de Minnesota Mike Zimmer a depender más en su quarterback Kirk Cousins, quien apenas promedia 21 intentos de pase por partido en la campaña a pesar de contar con la dupla de receptores de Stefon Diggs y Adam Thielen, quienes superaron la barrera de las 1.000 yardas la temporada anterior. Para los Bears, el balón en las manos de Cousins significa mayores oportunidades para que el estelar Khalil Mack (3 derribos y 3 pérdidas de balón forzadas) cause más daños.

A pesar de que los Bears partieron esta temporada con etiqueta de contendientes, han tenido un lento inicio de campaña, que se atribuye principalmente a los problemas del quarterback Mitch Trubisky, quien tiene apenas tres pases de touchdown -todos en el partido del domingo pasado ante Washington- a cambio de dos intercepciones. Pero Minnesota llega al encuentro habiendo permitido al menos 300 yardas aéreas en cada uno de sus tres juegos de la temporada.

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