El británico Simon Yates celebra tras cruzar la meta y ganar la 15ta etapa del Tour de Francia, que empezó en Limoux y terminó en Prat d'Albis, Francia. Foto La Hora: AP/Christophe Ena

FOIX, Francia
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Cuando un ciclista francés empieza a perecer, otro sale a la palestra. De una forma u otra, Francia todavía podría seguir en camino a tener su primer ganador del Tour de Francia desde 1985.

Danzando sobre su asiento, con la boca abierta y jadeando por aire, Thibaut Pinot lanzó un ataque feroz ayer y se vio beneficiado por los primeros signos de debilidad en las montañas del líder de la carrera, el francés Julian Alaphilippe, para acercarse al maillot amarillo en la tabla general.

En la última escalada en los Pirineos con una muestra de poder y fluidez que señaló que también será uno de los principales contendientes para llevarse el Tour, Pinot ganó tiempo sobre sus rivales por segundo día consecutivo, luego de conseguir un triunfo en la famosa montaña Tourmalet en la etapa anterior.

Seis ciclistas están separados por 2 minutos, 14 segundos en la cima de la tabla general.

Las seis subidas extenuantes a 2 mil metros (6 mil 500 metros) sobre el nivel del mar en los Alpes, sazonadas con tres etapas de montaña, probablemente decidirán quién estará en la cima del podio el próximo domingo en los Campos Elíseos.

“Las montañas altas apenas empiezan”, dijo Alaphilippe. “Los Alpes van a ser algo grande”.

Surgiendo de la niebla y lluvia, Pinot cruzó la meta de la 15ta etapa ayer en segunda posición, 33 segundos detrás de Simon Yates, quien obtuvo una segunda victoria de etapa tras un ataque individual tres días después de su primer triunfo de etapa en el recorrido montañoso en el suroeste de Francia.

Pinot, de 29 años, estuvo imparable cuando hizo su maniobra a siete kilómetros de distancia de la cima. Sólo Emanuel Buchmann y el compañero del campeón defensor Geraint Thomas, el colombiano Egan Bernal, pudieron seguirle el ritmo. Pero el francés volvió a acelerar unos dos kilómetros después y los dejó atrás para perderlos de vista.

Pinot se colocó en el cuarto sitio de la tabla general, 1 minuto y 50 segundos detrás de Alaphilippe.

“Las condiciones climáticas y la etapa fueron buenas para mí, tuve buenas sensaciones. Necesité sacarle el máximo provecho”, comentó Pinot. “Necesito seguir subiendo en la clasificación general, se vienen las etapas más complicadas”.

Mientras que Pinot estuvo acompañado por su compañero de Groupama-FDJ, David Gaudu, en el último ascenso hacia Prat d’Albis, Alaphilippe se quedó sin nadie que lo ayudara en la escalada de 12 kilómetros y se quebró, aunque logró rescatar su maillot amarillo.

Alaphilippe estaba tan agotado tras su labor en la montaña, donde hizo gestos de dolor mientras estaba bajo la lluvia, que tuvo de agarrarse de una barrera para recuperar el aliento.

“Si me quiebro espero que pueda llevar la antorcha para los franceses”, comentó el ciclista sobre Pinot.

Thomas, quien ya había cedido algo de tiempo a Pinot en Tourmalet, permaneció en segundo sitio de la tabla general. Se vio superado cuando Pinot tomó la delantera de un grupo reducido de contendientes, pero no entró en pánico. Siguió al mismo ritmo hasta que aceleró con 1.5 kilómetros restantes para reducir la brecha que tiene en la clasificación con Alaphilippe de 2 minutos, 2 segundos a 1:35. Steven Kruijswijk de Holanda se mantuvo en el tercer sitio, con una diferencia de 1:47.

Después de la etapa, Thomas comentó que pudo haber intentado seguir a Pinot, pero que mejor optó por un enfoque conservador debido a que no quería poner a Alaphilippe de nuevo al frente. Bernal estaba con Pinot y el galés no quiso correr el riesgo de perseguir a su rival común. El colombiano Bernal, quien tiene excelentes habilidades en las escaladas, sigue involucrado en la contienda por el maillot amarillo, con 2:02 detrás de Alaphilippe.

“Me sentí mejor que ayer, pero tuve que tratar de seguir el ritmo cuando todo comenzó”, dijo Thomas. “Es una táctica difícil. Quería ir, tenía las piernas para ir pero no iba a perseguir a Egan Bernal con Alaphilippe sobre mí”.

La 15ta etapa culminó cerca de los antiguos castillos cátaros y fue una carrera agotadora que totalizó más de 39 kilómetros de escalada.

Yates, el campeón defensor de la Vuelta a España, tuvo una vía libre por el pelotón cuando se metió en una escapada al inicio de la etapa debido a que no era una amenaza. Hizo su maniobra decisiva a 9 kilómetros de distancia de la meta.

“Estoy muy orgulloso de eso”, comentó sobre su segunda victoria en esta edición del Tour.

El Tour tendrá hoy su segundo y último día de descanso previo a la arranque de la recta final del certamen.

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